El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que impondrá aranceles recíprocos del 50% a mercancías estadounidenses. Esto si no se llega a un acuerdo en las negociaciones con el Gobierno de Estados Unidos. La declaración responde a la decisión del presidente Donald Trump de aplicar un impuesto del 50% a productos brasileños. Primero hubo un arancel inicial del 10%.
En una entrevista exclusiva con la periodista Christina Lemos, del medio Jornal da Record, Lula expresó que Brasil está dispuesto a dialogar.
Sin embargo, el mandatario no descartó recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para apelar la medida estadounidense. “Desde una perspectiva diplomática, tenemos que apelar ante la OMC. Podemos unirnos a otros países afectados por EE.UU. y presentar una apelación conjunta”, afirmó.
Lula da Silva busca tener buenas relaciones
El mandatario subrayó que, de no obtener resultados, Brasil aplicará la “ley de reciprocidad” con aranceles equivalentes. Lula acusó a Trump de distorsionar la realidad de la relación comercial bilateral y exigió respeto hacia Brasil. “Trump se dirige a su electorado, pero yo pienso en el pueblo brasileño, que quiere crecer y mantener buenas relaciones con todos los países”, señaló.
El presidente destacó que su prioridad es proteger los intereses de Brasil, al tiempo que busca preservar la estabilidad en las relaciones internacionales. El conflicto comercial se remonta al anuncio de Trump sobre aranceles del 10% a productos brasileños. Dicha medida escaló al 50% y ha generado tensiones entre ambas naciones. Brasil, uno de los principales exportadores de productos agrícolas y minerales a EE.UU., enfrenta pérdidas en su economía.
Recientes tensiones comerciales en el mundo
Según datos del Ministerio de Economía de Brasil, las exportaciones al mercado estadounidense superaron los 30 mil millones de dólares en 2024. Aquello resalta la importancia de esta relación comercial. La posible apelación ante la OMC refleja la estrategia de Lula de buscar aliados entre países afectados por medidas similares de EE.UU., como China o miembros de la Unión Europea.
Mientras las negociaciones bilaterales continúan, Brasil evalúa medidas para mitigar el impacto económico de los aranceles. El Gobierno brasileño ha enfatizado su disposición al diálogo, pero mantiene una postura firme ante lo que considera una política comercial injusta. Este episodio se suma a un contexto global de crecientes tensiones comerciales, donde la reciprocidad y las apelaciones se perfilan como herramientas para resolver disputas.