Thomas Fitzpatrick, un veterano de guerra estadounidense, realizó dos aterrizajes ilegales de aviones robados en Manhattan, Nueva York, el 30 de septiembre de 1956, y nuevamente el 4 de octubre de 1958, tras apuestas en bares de Washington Heights, demostrando una audacia inusual que capturó la atención pública y de los medios.
La madrugada del 30 de septiembre de 1956, Thomas Fitzpatrick, tras una apuesta en un bar de Washington Heights, afirmó que podía volar un avión desde Nueva Jersey hasta Manhattan en menos de 15 minutos. Cumpliendo su audaz promesa, Fitzpatrick robó un avión monomotor de la Escuela de Aeronáutica de Teterboro, Nueva Jersey. Voló sin luces ni contacto por radio, ejecutando un aterrizaje preciso en St. Nicholas Avenue, cerca de la calle 191. Los medios reportaron que el piloto huyó del lugar, aunque se entregó a las autoridades posteriormente. Testigos, como Jim Clarke, confirmaron la existencia de una apuesta detrás del incidente.
Un Aterrizaje “excelente” del avión
Según Clarke, se esperaba que Fitzpatrick aterrizara en el campo del Instituto George Washington, pero la falta de iluminación nocturna lo obligó a desviarse a St. Nicholas Street. A pesar de los cargos iniciales de hurto, estos fueron retirados debido a la negativa del propietario del avión a presentar una denuncia formal.
Sin embargo, las autoridades locales impusieron una multa de 100 dólares a Fitzpatrick por aterrizar en la vía pública. El New York Times calificó el vuelo como una “hazaña aeronáutica” y un “aterrizaje excelente”, destacando la pericia del piloto a pesar de la ilegalidad de la acción.
La repetición del desafío
El 4 de octubre de 1958, la historia se repitió. Tras ser desafiado y acusado de mentir sobre su primer aterrizaje, Fitzpatrick robó otro avión. En esta ocasión, logró aterrizar en Amsterdam Avenue y la calle 187, a solo 20 minutos del lugar de su aterrizaje anterior. Por este segundo incidente, Fitzpatrick fue sancionado con seis meses de prisión, una pena que fue reducida considerablemente debido a su distinguido historial militar.
Legado de un veterano de guerra
Thomas Fitzpatrick fue condecorado con el Corazón Púrpura por su servicio en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Se destacó en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos, siendo la primera persona herida en la Guerra de Corea mientras realizaba un rescate de municiones bajo fuego enemigo.
Previamente, había engañado sobre su edad para alistarse en los Marines a los 15 años y participó en misiones en China durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, aprendió a pilotar aviones y más tarde se unió al ejército antes del estallido de la Guerra de Corea, donde su valentía le valió la condecoración. Fitzpatrick falleció de cáncer en 2009 a los 79 años. Su singular legado se mantiene vivo en los bares de Washington Heights, donde un cóctel, el “Late Night Flight”, lleva su nombre en su honor, recordando sus extraordinarias y audaces hazañas aéreas. (10).
