El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, reconoció tener una adicción al alcohol y las drogas, la misma con la que lucha desde hace tres décadas y acaba de recaer. «La decisión más difícil que he tomado en mi vida fue meterme a ese centro de rehabilitación», contó en una reciente entrevista.
«Yo no quisiera ser adicto, pero lo soy», señaló en declaraciones a la revista ‘Cambio’, en la que reconoció que es «duro» aceptar esta condición. «A nadie le gusta decir que es un enfermo. Yo no quiero ser drogadicto. O sea, no quisiera ser adicto, y lo soy. Es una enfermedad», dijo.
Las palabras de Benedetti surgen después de que la semana pasada, el exministro de Exteriores Álvaro Leyva le achacara tanto a él, pero principalmente al presidente colombiano, Gustavo Petro, problemas de adicciones.
Ministro de Colombia dice que adicción es un problema de salud pública
«Uno siempre lo niega. Yo reconocí que soy adicto después de que fui a la clínica. Antes de eso, no sentía que era adicto», afirmó Benedetti, quien definió este tipo de situaciones como «un problema de salud pública».
«Si toda la sociedad y el Estado y la nación, cuando alguien alce la mano y diga que está enfermo le brindaran ayuda, habría un gran alivio», añadió el ministro de Colombia, cuya entrada en el gabinete de Petro ha sido muy cuestionada, no ya solo por su pasado de adicción, sino por un supuesto caso de violencia machista.
Benedetti también reconoció haber sido infiel a su esposa, Adelina Guerrero. «Las puertas de la adicción te abren puertas de infidelidad», contó, negando que haya sido violento con ella, si bien no ha desmentido el famoso episodio del cuchillo. Con todo, se han reconciliado. «No sé cómo me ha perdonado», indicó.
Consumo de alcohol y drogas en Colombia
En Colombia, el consumo de alcohol y drogas sigue siendo un desafío de salud pública en 2025.
Según datos de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá de 2022, el 39% de las personas en Bogotá son consumidoras actuales de alcohol, un aumento de 3,4 puntos porcentuales desde 2016.
Las localidades con mayor consumo incluyen Chapinero y Teusaquillo. El alcohol es la sustancia más consumida, representando el 84% del total de ingesta de sustancias psicoactivas, seguido por el tabaco con un 33%, según la Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas del DANE de 2023.
En cuanto a drogas ilícitas, el consumo de marihuana creció de 4,1% en 2016 a 5,71% en 2022, mientras que la cocaína mostró un incremento en prevalencia de vida, pasando de 4,34% a 4,74% en el mismo período.
El Ministerio de Justicia reportó en 2024 que entre 2013 y 2022, se registraron 40.399 muertes asociadas al alcohol, frente a 7.571 por cocaína.
El 23,82% de los bogotanos consumió sustancias psicoactivas durante las restricciones por COVID-19, según el estudio de 2022. Las políticas públicas buscan fortalecer la prevención y reducir estas cifras.