El hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS, en Quito, cumplió una semana días bajo intervención del Bloque de Seguridad del Gobierno. Esto, debido a amenazas de grupos de delincuencia organizada contra su personal y denuncias de irregularidades en contratos. Aunque no hay presencia de policías ni militares en los exteriores, un equipo de inteligencia policial investiga internamente. Así lo confirmó Eduardo Peña, presidente del directorio del IESS.
Esta intervención es la segunda en un hospital de la Seguridad Social. Hace tres meses también se intervino en el Teodoro Maldonado Carbo en Guayaquil. Estas acciones buscan garantizar la seguridad y transparencia en la gestión. En ambos hospitales se ha logrado conocer que se han contratado a personas con historiales delictivos.
El hospital Carlos Andrade Marín ha enfrentado una crisis de gobernabilidad, con cinco gerentes durante la actual administración. Dos de ellos, Fausto Guerrero y Esteban Peñaherrera, renunciaron por amenazas. Guerrero, solo estuvo nueve días en el cargo. Él mencionó en su carta de renuncia “eventos extraños” que afectaron su seguridad personal.
Hospital Carlos Andrade Marín con contratos irregulares
Peñaherrera, por su parte, también había dirigido el hospital durante el gobierno de Guillermo Lasso. Él denunció ante la Fiscalía la suplantación de firmas de funcionarios. Estas renuncias reflejan la inestabilidad administrativa y los riesgos que enfrenta el personal. Eduardo Peña anunció cambios inmediatos, como la sustitución de la empresa privada que proporciona seguridad al hospital.
“Vamos a cambiar a los guardias que daban seguridad”, afirmó, adelantando que también habrá desvinculaciones de personal, aunque no precisó detalles. Los resultados de la investigación policial serán clave para determinar las próximas acciones.
La intervención del hospital Carlos Andrade Marín también responde a denuncias de corrupción. En junio de 2024, la Comisión Nacional Anticorrupción reveló irregularidades en contratos de compra de insumos. También en la adquisición de equipos reactivos y dispositivos médicos en nueve hospitales del IESS. Entre ellos se incluyó al hospital Carlos Andrade Marín.
Ciertos proveedores no estaban calificados
Según el informe, algunos proveedores favorecidos no eran idóneos. Tenían registros únicos de contribuyentes (RUC) para actividades como venta de licor o confección de ropa, en lugar de suministro médico. Además, las comisiones técnicas de los hospitales habrían manipulado procesos de contratación, descalificando oferentes por motivos arbitrarios para beneficiar a concursantes específicos.
Estas irregularidades no son nuevas. Durante la gestión de Peñaherrera en el gobierno anterior, se presentaron denuncias en la Fiscalía por suplantación de firmas. Este sería un problema que persiste y agrava la crisis de confianza en la institución. Las investigaciones en curso buscan esclarecer el alcance de estas prácticas y determinar responsabilidades.
El hospital Carlos Andrade Marín es uno de los principales centros de referencia del IESS en Quito. Allí se atienden miles de afiliados. En la actualidad enfrenta desafíos estructurales, como la falta de insumos y la inseguridad. La intervención del Bloque de Seguridad, creado por el Gobierno para combatir el crimen organizado, refleja la gravedad de las amenazas. La situación del HCAM es similar a la del Hospital Teodoro Maldonado Carbo en Guayaquil.
Pasos iniciales tras la intervención hace una semana
La inestabilidad gerencial y las denuncias de corrupción han generado preocupación entre los afiliados, quienes demandan una gestión transparente y eficiente. La intervención actual busca no solo abordar las amenazas de delincuencia, también garantizar que los recursos se utilicen adecuadamente. La sustitución de la empresa de seguridad y las posibles desvinculaciones son pasos iniciales.
El equipo policial que opera en el hospital continúa recopilando información para identificar a los responsables de las amenazas y las irregularidades. Mientras tanto, el IESS evalúa medidas para fortalecer la seguridad interna y mejorar los procesos de contratación.