El gasto hogares en Ecuador se concentra principalmente en alimentación, transporte y servicios básicos (agua, luz, telecomunicaciones), según datos del INEC y el Ministerio de Economía al primer trimestre de 2025.
El enfoque revela la alta prioridad de estas tres categorías en los presupuestos, destacando cómo los ingresos persisten limitados frente a la inflación, gasto en consumo y servicios esenciales.
Estructura actual del gasto familiar
Un informe del Pulso Económico del Ministerio de Economía presentado en abril de 2025 indica que el consumo de hogares creció un 2,7 % interanual, aunque el PIB cayó un 2,0 % en 2024, lo que refleja una adaptación del gasto ante el entorno económico. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares (Enighur), que se realiza en 4. 000 viviendas, busca actualizar este cuadro en 2025. Mientras tanto, las cifras oficiales reflejan los rubros más demandados por los ecuatorianos.
Marco Cedeño, habitante de Chone, manifiesta que la alimentación de su familia demanda más de la mitad de su salario mensual, y un segundo rubro fuerte es el pago de servicios básicos. Como él se desplaza en bus, considera que el transporte no ocupa un rubro muy alto en su presupuesto, pero sí los medicamentos para tratar una enfermedad crónica que lo aqueja.
Principales destinos del gasto
Según el análisis preliminar y encuestas oficiales, los gastos con mayor incidencia en el ingreso de los hogares son:
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Alimentación y bebidas: principal ítem del presupuesto familiar.
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Transporte: incluye bus, gasolina y taxis.
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Vivienda y servicios domésticos: electricidad, agua y gas.
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Telecomunicaciones: internet, telefonía fija y móvil.
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Educación: matrícula, útiles y uniforme.
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Salud: medicinas y consulta médica.
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Ropa y calzado: compras ocasionales según patrones de consumo.
Prioridad en alimentación y movilidad en el gasto hogares
La canasta familiar básica se situó en USD 798,31 en enero de 2025, registrando un aumento moderado pero constante durante 2024. Esto refleja cómo buena parte del ingreso de cada hogar se utiliza solo para cubrir necesidades mínimas. La variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo fue 1,03 % mensual y 0,46 % anual, pero el alza acumulada de 1,59 % presiona aún a los presupuestos.
Impacto de telecomunicaciones y servicios
Los servicios básicos y telecomunicaciones ganan peso: representan hasta un 15 % del gasto mensual promedio del hogar, según proyecciones de base anual en 2024 . La expansión del trabajo remoto y la educación virtual contribuyen a ese crecimiento.
Infraestructuras inadecuadas en zonas rurales intensifican el costo de conexión, aunque la penetración en áreas urbanas elevó su presupuesto para estos servicios.
Contexto macroeconómico y su influencia en el gasto
El PIB nominal alcanzó los USD 124.676 millones en 2024, aunque con una caída real del 2,0 %, señala el Banco Central, motivada por factores como la inseguridad, la disminución del consumo en los hogares, los apagohnes y la falta de inversión. Solamente por los cortes de energía eléctrica hubo pérdidas por 1.016 millones de dólares, lo que representó un impacto de -1,4% del PIB.
El menor crecimiento de inversión pública y consumo gubernamental orientó a los ingresos familiares a sectores básicos. Además, la variación del gasto de consumo de hogares pasó de un –1,3 % en 2024 a un 2,7 % proyectado en 2025, lo que confirma su dinamismo dentro de una economía global estancada.
Variables que marcan el patrón de consumo
Son algunos factores que inciden en este comportamiento:
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Incremento de alimentos procesados, pues están disponibles y son estables.
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Alta demanda en transporte urbano por desplazamientos diarios.
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La presencialidad parcial en trabajos y centros educativos.
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El alza en servicios básicos y telecomunicaciones.
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La inflación moderada pero persistente reduce el poder adquisitivo.
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Dependencia del ingreso formal e informal sin respaldo estatal.
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La necesidad de medicinas y salud preventiva, sobre todo con inflación de precios.
Estos datos permiten observar que el gasto hogares se concentra en lo esencial: alimentación, transporte y servicios, reflejando una economía familiar que reacciona ante presiones inflacionarias y menores ingresos disponibles. La actualización de los patrones de consumo será clave para el diseño de políticas públicas eficientes que atiendan las necesidades prioritarias de los hogares ecuatorianos.