El Gobierno de Ecuador, presidido por Daniel Noboa, deberá aplicar un ajuste fiscal de más de $5.600 millones entre 2025 y 2028. El compromiso se da en el marco del nuevo acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aumentó su línea de crédito para el país de $4.000 millones a $5.000 millones el pasado 18 de julio de 2025. El objetivo es reducir el déficit fiscal, principalmente con más impuestos y recortes de gasto.
Un acuerdo más grande, con condiciones más estrictas
El nuevo desembolso aprobado por el FMI eleva a $5.000 millones la línea de crédito acordada con Ecuador bajo el programa de Servicio Ampliado (EFF). A cambio, el país deberá ejecutar un ajuste equivalente al 4,4% del Producto Interno Bruto (PIB).
De ese ajuste, el 3,8% del PIB (unos $4.900 millones) deberá provenir de mayores ingresos, principalmente por vía tributaria. El resto, 0,6% del PIB (aproximadamente $774 millones), se obtendrá mediante reducciones y racionalización del gasto público.
El economista y exministro de Finanzas, Fausto Ortiz, advirtió: “Dice el FMI: ‘las autoridades adoptarán medidas fiscales adicionales para reducir la brecha fiscal’. De 2025 a 2028, 4,4% de ajuste con énfasis en impuestos. La alegría del pobre dura poco”.
Una hoja de ruta fiscal con presión creciente
La distribución del ajuste está hecha: en este 2025 sería de $1.677 millones (1,3% del PIB). De esa meta, el Gobierno ha anunciado medidas que cubrirían el 31%, unos $527 millones.
En el 2026 sería de $1.677 millones (1,3%); en el 2027 llegaría a los $1.419 millones (1,1%) y en el 2028 a los $903 millones (0,7%)
El FMI exige que, antes del 23 de agosto de 2025, el Ejecutivo presente el presupuesto modificado de este año. Además, antes de octubre deberá enviar a la Asamblea Nacional el presupuesto estatal para 2026, en donde se espera ver reflejadas las nuevas medidas fiscales.
La ministra de Economía y Finanzas, Sariha Moya, aseguró que los nuevos fondos se destinarán principalmente a inversión social e infraestructura. Sin embargo, Ortiz duda: “Al Gobierno le toca pagar al Fondo más de $1.000 millones, y esa misma plata fresca le sirve para pagarle al Fondo”.
Reformas sensibles en la mira del FMI
Aunque el FMI no ha detallado los cambios estructurales requeridos, se anticipa que tocarán temas sensibles. Entre ellos, la reforma al sistema de pensiones del IESS, reducción de subsidios y cambios laborales.
Ortiz advierte que el aporte estatal del 40% a las jubilaciones es insostenible. También señala que el subsidio al diésel y otros incentivos deben ser reevaluados. El FMI pide una hoja de ruta para reformar el sistema previsional hasta diciembre de 2025, que incluya cambios paramétricos que aseguren su sostenibilidad.
El ajuste también incluye una contención progresiva del gasto corriente, especialmente en sueldos, bienes y servicios.
Subsidios y sectores productivos bajo presión
Desde junio de 2025, el Gobierno eliminó el subsidio al diésel para la industria atunera. Esta medida es parte de un plan más amplio que incluye una reforma gradual de subsidios a los combustibles, con un sistema más eficiente y focalizado.
Además, se prevé una nueva metodología tarifaria para los sectores industrial y minero, que debe presentarse hasta agosto. Pero Ortiz expresa preocupación: “Han vuelto a cambiar su orden de importancia nuestras exportaciones. El camarón aprovecha la mala racha del petróleo y el cacao asegura su tercer lugar sobre el banano, mientras la minería se va quedando. Por eso creo que es un mal momento para pensar en la tasa minera y para la eliminación de subsidio a Atún y Pescado”.
Crecimiento condicionado a las reformas
Las proyecciones del FMI muestran una recuperación lenta. Tras una caída del -2% en 2024, se espera un crecimiento de 1,7% en 2025, 2,1% en 2026 y hasta 3% en el mediano plazo. Pero estas cifras solo se cumplirán si se ejecutan todas las reformas estructurales previstas.
Ecuador se enfrenta a un delicado equilibrio: cumplir los compromisos fiscales sin sofocar a los sectores productivos y proteger el gasto social en un escenario de bajo crecimiento.