Una señal clara de esto es la dificultad para llegar a fin de mes. En lugar de resignarse y compartir memes sobre la falta de dinero, es hora de tomar decisiones.
El primer paso es reconocer la situación financiera y entender en qué se va el dinero. No se trata solo de evitar pequeños gastos superficiales, como una hamburguesa o una suscripción a una plataforma de streaming poco utilizada. El problema real radica en gastar sin control y sin considerar su impacto en el presupuesto.
La regla de oro: conocer ingresos y egresos
El economista Raúl Cedeño, señala que la clave para un buen manejo financiero es conocer con exactitud los ingresos reales y planificar en función de ellos.
De hecho, un estudio de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD) revela que el 53% de los ecuatorianos cubren sus gastos diarios con préstamos, lo que evidencia una preocupante dependencia del crédito. Para evitarlo, es fundamental establecer un presupuesto que contemple gastos fijos, deudas y ahorro.
El ahorro debe ser una prioridad. Un método efectivo es la regla 50/30/20:
- 50% para necesidades básicas (vivienda y alimentación).
- 30% para entretenimiento y ocio.
- 20% para ahorro o pago de deudas.
Ahorrar es una responsabilidad compartida. Los padres pueden fomentar la educación financiera en sus hijos mediante pequeñas tareas remuneradas, enseñándoles a establecer metas de ahorro. Tomar el control de las finanzas es posible con organización y disciplina. Con estas estrategias, llegar a fin de mes será más sencillo y el dinero dejará de evaporarse sin explicación.