El Concejo Metropolitano de Quito reeligió a la concejala Fernanda Racines como vicealcaldesa y primera vicepresidenta durante una sesión clave celebrada el jueves 15 de mayo de 2025, con 15 votos a favor y siete en contra. Este resultado no solo ratifica la mayoría del bloque de Revolución Ciudadana, sino que también evidenció el respaldo de concejales que previamente se identificaban con la oposición, lo que sugiere una nueva dinámica de fuerzas dentro del cabildo quiteño.
En el Concejo Metropolitano
La votación para la reelección de Fernanda Racines puso de manifiesto la complejidad del panorama político en el Concejo Metropolitano. Si bien el bloque correísta demostró su cohesión, el apoyo recibido por parte de concejales que en el pasado se mostraban críticos generó interrogantes sobre la solidez de la oposición y la aparición de una posible tercera corriente, integrada por ocho concejales.
Esta tercera fuerza, según declaraciones de la concejala Analía Ledesma (Izquierda Democrática), busca distanciarse de la polarización entre oficialismo y oposición, priorizando el trabajo en beneficio de la ciudad. Ledesma, quien votó a favor de la reelección de Racines, enfatizó que su postura no implica una alineación con el oficialismo, sino una búsqueda de consensos para impulsar iniciativas municipales.
Sin embargo, esta visión fue cuestionada por el concejal Wilson Merino, quien, a pesar de haber llegado al Concejo mediante una alianza con Revolución Ciudadana, se ha posicionado como una figura de la oposición. Merino argumentó que la dinámica política se reduce a dos bandos, oficialismo y oposición, y advirtió sobre una creciente consolidación del poder del bloque correísta, lo que podría influir significativamente en la agenda municipal futura.
Nueva configuración de fuerzas en el cabildo
Según el análisis del concejal Merino, la nueva correlación de fuerzas en el Concejo Metropolitano estaría compuesta por seis concejales del correísmo, sumados al alcalde Pabel Muñoz y ocho concejales aliados, lo que conformaría una mayoría de 15 votos. En contraposición, la oposición se reduciría a siete concejales, reflejando el resultado de la votación por la vicealcaldía.
Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de la gobernabilidad en Quito y la capacidad de la oposición para influir en las decisiones del cabildo. La aparente debilidad de la oposición, sumada a la estrategia de la tercera corriente, podría facilitar la implementación de la agenda propuesta por el oficialismo durante el resto del periodo administrativo.
El contexto de este movimiento político se da en un momento en que sectores de la oposición han manifestado su intención de impulsar un proceso de revocatoria contra el alcalde Pabel Muñoz. En este sentido, la consolidación de una mayoría oficialista en el Concejo Metropolitano podría interpretarse como una estrategia del correísmo para fortalecer su posición y responder a posibles intentos de desestabilización. La capacidad del oficialismo para mantener esta nueva alianza será crucial para afrontar los desafíos políticos venideros en la capital ecuatoriana.