Leonardo ‘Chino’ Moreira, reconocido por su paso por la televisión nacional, se ha consolidado como una de las figuras más versátiles del contenido digital en Ecuador. A sus 41 años, el actor y director, formado en Artes Escénicas en Argentina, ha construido una comunidad de casi 700 mil seguidores en Instagram, donde sus reels de humor, comerciales y videos temáticos han captado la atención de miles.

Desde su época colegial, Moreira tenía claro que deseaba dirigir videos, especialmente comerciales. “Eso es justo lo que hago ahora”, expresó en una entrevista con EXTRA. Pero su trabajo va mucho más allá de la dirección: también escribe, actúa, edita y musicaliza su propio contenido, asegurando que su enfoque es la calidad más que la rapidez.

“Yo vendo calidad. Un video bien hecho requiere creatividad, tomas pensadas y musicalización adecuada. No es solo grabar y meterlo a CapCut. Todo esto implica técnica, talento y tiempo”, afirma con convicción.

Además de su trabajo individual, colabora estrechamente con actores como José Andrés Caballero, Juan Carlos Román y Gerson Quinde. Juntos aportan diversidad y dinamismo a los proyectos. La sinergia entre ellos ha permitido mantener un nivel alto de producción, sin perder la espontaneidad que caracteriza sus contenidos.

Trabajo en equipo y apoyo familiar

El apoyo de su esposa, María José Dass, ha sido fundamental en este camino. Aunque no es actriz, participa con frecuencia en sus videos, aportando su carisma natural y generando una conexión más cercana con el público. “Nos divertimos muchísimo grabando juntos. Ella es muy chistosa también”, comenta Moreira entre risas.

Este vínculo familiar y profesional se ha convertido en una marca distintiva de su contenido, donde lo cotidiano y lo auténtico se combinan con una ejecución técnica bien lograda.

Proyectos en curso y emprendimientos

Actualmente, el Chino trabaja en un video de terror inspirado en una película próxima a estrenarse, del cual también escribió el guion. Este proyecto refleja su deseo de experimentar con nuevos formatos y géneros. “Me gusta probar cosas nuevas. El terror es un reto que me emociona”, afirma.

Además, planea abrir su propia agencia creativa, un sueño que ha madurado con el tiempo y que considera parte de su evolución profesional. “Quiero llevar lo que hago al siguiente nivel, trabajar con más marcas y desarrollar campañas desde cero”, señala.

Como emprendedor, Moreira también es copropietario de una cafetería inaugurada en marzo de 2025 junto a varios amigos. Este espacio no solo le permite diversificar sus ingresos, sino también mantenerse conectado con la comunidad y explorar nuevas formas de creatividad.

El Chino tiene una visión clara en un mundo competitivo

A pesar de la intensa competencia en redes, Moreira mantiene su norte claro: “Cada creador tiene su audiencia. Mis clientes me buscan por la calidad del contenido, no por la rapidez. El entretenimiento debe tener alma, y eso es lo que intento entregar en cada video”, puntualiza.

Reconoce que muchos influencers priorizan la cantidad sobre la calidad, pero para él, la clave está en ofrecer algo memorable. “Un video que impacta se queda en la mente. Eso no se logra solo con filtros o tendencias, sino con contenido que tenga intención”, añade el Chino.

De la televisión a las redes: una transformación exitosa

Con una carrera que incluye papeles en producciones como Los hijos de Don Juan y 4 Cuartos, donde interpretó a Jaquna, Moreira ha sabido adaptarse a los cambios del medio. Lejos de quedarse anclado en el pasado, ha convertido su experiencia televisiva en un trampolín para conectar con nuevas audiencias desde las redes sociales.

“Mi paso por la TV me dio muchas herramientas. Aprendí sobre ritmo, edición, actuación… todo eso lo aplico ahora en cada video que hago”, explica.

Con una visión estratégica y una pasión inquebrantable por contar historias, Leonardo ‘Chino’ Moreira se perfila como uno de los referentes del contenido digital ecuatoriano. Su apuesta por la calidad, la autenticidad y la innovación lo mantiene vigente en un entorno que cambia a gran velocidad, pero donde el talento genuino siempre encuentra su lugar.