Las autoridades de Estados Unidos han impuesto este viernes sanciones contra dos bandas criminales de Haití.
Las organizaciones son Gran Grif y Viv Ansanm. A las dos las ha designado como organizaciones terrorista por su presunta implicación en actos de violencia.
Terrorismo transnacional
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense aplicó la medida. Así, ha introducido en su lista de entidades sancionadas a las dos pandillas. Ahora las considera «organizaciones terroristas transnacionales», según un comunicado.
La coalición Viv Ansanm, formada por más de una veintena de los grupos armados criminales más peligrosos de Haití. Gran Grif tendrán ahora que hacer frente a las implicaciones económicas y legales de esta designación -que incluye represalias para aquellos que presenten «ayuda material» o «recursos» a estas organizaciones-.
Haití y un arranque de año violento
Naciones Unidas ha cifrado en más de 1.600 los muertos y 580 heridos por la violencia de las pandillas. En Haití durante el primer trimestre de 2025 el número de personas desplazadas internamente ha superado el millón de seres humanos. Esto supone un aumento del 48 por ciento en comparación con los datos de septiembre de 2024.
La mayoría de los «abusos» han sido documentados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, seguido del departamento de Artibonito, el departamento Central y el del Norte.
Una categoría que trae sanciones
Las sanciones impuestas por Estados Unidos reflejan un cambio estratégico en la forma en que la comunidad internacional aborda el problema de las pandillas en Haití. Al clasificarlas como «organizaciones terroristas transnacionales» se endurecen las medidas.
Esta designación, coloca a Viv Ansanm y Gran Grif en la misma categoría que grupos como Al Qaeda o el Cártel de Sinaloa. Con esto se usca cortar sus fuentes de financiamiento y penalizar a quienes las apoyen, ya sea con recursos materiales o logísticos.
Sin embargo, esta medida también plantea desafíos, ya que las pandillas han establecido un control casi estatal en algunas áreas. Las bandas extorsionando negocios, cobrando peajes improvisados y reclutando menores a gran escala.
La designación podría complicar los esfuerzos de diálogo político, ya que líderes de Viv Ansanm, como Jimmy Chérizier («Barbecue»), han exigido un rol en las negociaciones de transición. Estos dirigentes argumentan que representan a las comunidades marginadas.
Este enfoque de las pandillas como actores políticos, combinado con su poder armado, dificulta cualquier intento de restablecer el orden sin recurrir a medidas extremas.