Donald Trump, presidente de Estados Unidos, recibirá este sábado al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, en Mar-a-Lago. Se trata de una mansión ubicada en Palm Beach, Florida. El encuentro tendrá lugar en este enclave de ocho hectáreas.
Mar-a-Lago destaca por su relevancia política y el simbolismo del lugar, adquirido por Trump en 1985 por 8 millones de dólares. Construida entre 1924 y 1927 por la millonaria Marjorie Merriweather Post, la propiedad se diseñó como retiro para presidentes y dignatarios extranjeros. Se trató de un propósito que se refuerza con esta reunión de alto nivel.
Mar-a-Lago, con su estilo arquitectónico español, abarca 58 habitaciones, 33 baños, doce chimeneas y tres refugios antiaéreos. Además de una mesa de comedor de mármol de 8,8 metros. Su construcción incluyó materiales como piedra caliza Doria de Génova, tejas de un castillo cubano y azulejos españoles del siglo XV, lo que le ha valido comparaciones con el Palacio de Versalles por The New York Times.
Mar-a-Lago con membresías hasta de un millón de dólares
Desde que Trump asumió la presidencia en 2017, la mansión Mar-a-Lago se ha convertido en un centro de decisiones políticas, albergando reuniones con su gabinete y líderes internacionales. El complejo, valorado entre 250 y 500 millones de dólares. También funciona como un exclusivo club privado con socios como Steven Spielberg, Henry Kissinger y Elizabeth Taylor.
La visita de Noboa se enmarca en un contexto de fortalecimiento de relaciones bilaterales entre Ecuador y Estados Unidos. Aunque no se han detallado los temas de la agenda, el encuentro en Mar-a-Lago subraya la importancia del lugar como escenario diplomático.
Originalmente, Marjorie Merriweather Post legó la propiedad al gobierno estadounidense en 1973 tras su muerte, con la intención de que sirviera como descanso para los mandatarios. Sin embargo, al no ser utilizada por los presidentes de la época, fue devuelta a su familia en 1980. Esto antes de que Trump la comprara y la transformara en su residencia secundaria y centro de operaciones.
El club privado de Mar-a-Lago ofrece a sus miembros acceso a una playa, piscina, spa, alta gastronomía y entretenimiento de primer nivel, con membresías que, según Forbes, pueden alcanzar el millón de dólares. Además, el lugar es conocido por ser escenario de eventos como bodas, galas y celebraciones navideñas, consolidándose como un símbolo de lujo y exclusividad.
Espacio clave para la diplomacia e intercambio de líderes mundiales
La familia Trump ha pasado numerosos fines de semana y festivos en esta mansión desde su adquisición, reforzando su vínculo con la propiedad. Este encuentro entre Trump y Noboa añade un nuevo capítulo a la historia de Mar-a-Lago como punto de convergencia política y social.
La mansión, con su rica herencia arquitectónica y su rol en la vida pública de Trump, continúa siendo un espacio clave para la diplomacia y el intercambio entre líderes mundiales, mientras mantiene su estatus como un ícono de Palm Beach.