Inesperada e histórica, así será la final femenina del Abierto de Estados Unidos que este sábado protagonizarán la británica Emma Raducanu, de 18 años, y la canadiense Leylah Fernández, de 19.
No necesitaron ser cabezas de serie Raducanu ni Fernández para llegar a su cita con la historia.
Más sorprendente aún, pues la inglesa llega a la final procedente de la fase previa.
Como si no bastasen las sorpresas, Fernández, hija de un exfutbolista ecuatoriano, en cuatro juegos dejó en la cuneta a dos campeonas y a la segunda y quinta favoritas del torneo.
Raducanu, quien nació en Toronto, todavía no ha cedido un solo set.
La final será el primer choque entre la británica, nacida el 13 de noviembre de 2002, y la canadiense de Montreal, quien cumplió 19 años el pasado 6 de septiembre.
Fernández tuvo que superar a las grandes favoritas: la japonesa Naomi Osaka (3), tres veces ganadora de Grand Slam; la alemana Angelique Kerber (16), propietaria de otros tres títulos; así como a la ucraniana Elina Svitolina (5) y la bielorrusa Aryna Sabalenka (2).
“Una sorpresa”, dijo Raducanu tras vencer en las semifinales a la griega Maria Sakkari, decimoséptima favorita.
“Sí, honestamente, no puedo creerlo. Un shock. Una locura. Todo lo anterior”, añadió exultante.
Fernández, un año mayor que su rival, es la segunda canadiense que llega a la final del Abierto de Estados Unidos, pero aún parece no desperar a la realidad.
“Una palabra que realmente se me quedó grabada es ‘mágica’ porque no solo mi carrera es realmente buena, sino también la forma en que estoy jugando ahora mismo. Me estoy divirtiendo”.
La legendaria Chris Evert, 18 veces campeona de Grand Slam, reconoció después de seguir a Leylah Fernández que no había visto unas actuaciones tan completas en la pista central Arthur Ashe.
“Creo que ella es demasiado buena para ser verdad”, declaró Evert, ahora comentarista de televisión.
Fernández, la número 73 del mundo, se deshizo de rivales que han fijado marcas y lo han ganado todo como profesionales: títulos y millones de dólares.
Y antes, tuvo que superar la falta de confianza. “Mucha gente dudaba de mí, de mi familia y de mis sueños. Recuerdo que una maestra me dijo que dejara de jugar al tenis, que nunca lo lograría y que solo me concentrase en los estudios”.
La de Raducanu y Fernández será la primera final de Grand Slam entre adolescentes desde 1999, cuando la estadounidense Serena Williams, de 17 años, derrotó a la suiza Martina Hingis, de 18.
Raducanu juega su vigésimo sexto torneo profesional y solo el séptimo después de una pausa de 16 meses de la competencia entre febrero de 2020 y junio de 2021.
Todo puede ocurrir en una final que pinta como mágica en Flushing Meadows por lo inesperada entre dos adolescentes prodigiosas. EFE