Una exhibición de Luka Modric, autor de un golazo y asistente en el tanto de la tranquilidad de Vinícius antes de que Balaídos lo despidiese con una ovación, lideró la reacción del Real Madrid en Vigo, donde mostró firmeza cuando más empujó su rival y recuperó sus letales contraataques para enterrar a un buen Celta (1-4).
Con una fuerte presión en campo contrario, el Celta neutralizó al Real Madrid, con Hugo Mallo haciendo daño a Mendy en la banda. Valverde taponaba bien a Javi Galán, el puñal celeste en la banda izquierda, y Aspas estaba obligado a alejarse del área para entrar en juego.
El Real Madrid estaba hundido, con Tchouaméni demasiado pegado a los centrales. Le faltaba el equilibrio Casemiro y la jerarquía de Kroos, pero se encontró con un penalti, por mano del peruano Renato Tapia tras un remate de cabeza de David Alaba, que Gil Manzano señaló tras revisar la jugada en el VAR.
Pero ni el 0-1, obra de Benzema, reactivó al equipo de Carlo Ancelotti, encerrado en su campo para desesperación del delantero francés, que constantemente pedía a Camavinga y Tchouaméni adelantar las líneas.
El Celta estaba cómodo pese a ir perdiendo. Es un equipo que sufre sin balón y el Real Madrid se lo regaló. Esa racanería blanca le acabó costando el empate, después de que un lejano remate de cabeza de Gonçalo Paciencia se estrellase en la mano de Militao. Otro penalti. Aspas no erró ante Courtois, pese a que belga, su particular pesadilla, le adivinó el lanzamiento con una gran estirada.
Mejoró el Real Madrid tras el empate, tuvo más balón y Vinícius probó a los defensas celestes con sus carreras, aunque fue el Celta el que disfrutó de las ocasiones más claras, primero con un disparo cruzado de Cervi, tras un error en la salida de Valverde al borde del área, y después con un cabezazo de Paciencia.
Perdonó el equipo gallego y lo pagó, como le sucediera la temporada pasada. Al filo del descanso, el croata Luka Modric, desdibujado hasta ese momento, rescató a su equipo con un espectacular disparo de la frontal. Marchesín sólo pudo seguirlo con la vista. Demasiado premio para el Real Madrid, excesivo castigo para el Celta.
El equipo blanco buscó enfriar el partido en la reanudación. Dos despistes, uno de Courtois en la construcción del juego y otro de Mendy que acabó con un disparo cruzado de Paciencia que se marchó rozando el poste, alimentaron el sueño del Celta.
Pero Modric, la brújula de Ancelotti en la medular, cogió el mando de su equipo. En un ataque celeste, con Paciencia y Aspas pidiendo otro penalti de Militao, el Real Madrid cogió desarmado a su rival. Carvajal conectó con Modric y el croata se inventó un pase en profundidad para Vinícius, más rápido que Mallo. Marchesín dudó en la salida, y el brasileño lo castigó en el mano a mano.
Pudo meterse en el partido el Celta con un remate de cabeza de Aidoo que se marchó rozando el larguero, pero otro contraataque lanzado por Tchouaméni y culminado por Fede Valverde aseguró el segundo triunfo del Real Madrid, que rozó la “manita” con un disparo de Benzema que se estrelló en el cuerpo de Marchesín.
Ambos técnicos movieron su banquillo, y Balaídos supo premiar la actuación de Modric poniéndose en pie cuando Ancelotti decidió darle descanso. En la recta final, Benzema dejó que Hazard, que acababa de entrar en el campo, tirase el penalti que Unai Núñez le había hecho, y Marchesín detuvo el lanzamiento del belga y el posterior tiro del francés, que había recogido el rechace.