Lucía Yépez se ha mostrado como una ‘guerrera’ desde su niñez para cumplir sus sueños y en París logró uno al ganar una presea de plata.
La ‘Tigra’ se conoce a la deportista oriunda de Mocache, pero que desde los 8 años se radicó en Quevedo, incursionó en la lucha a temprana edad. Lo hizo a escondidas de su madre María Guzmán.
“A los 9 años se fue engañándome, diciendo que iba a jugar con unos niños pero se iba para la Liga de Quevedo (estadio 7 de Octubre), y yo no estaba de acuerdo porque pensaba que este deporte era solo para hombres”, relató su madre, que después de eso la respaldó y se siente orgullosa por lo logrado por la ‘Tigra’.
Luis Vera Quinatoa fue el primer entrenador de Lucía en Quevedo. Bajos sus órdenes Yépez, con apenas 10 años, ganó su primer torneo en Santo Domingo de los Tsáchilas y desde ahí no paró.
Como muchos otros atletas ecuatorianos, practicar y mantenerse en el deporte no ha sido fácil por falta de recursos.
Yépez reveló en su momento que en su primera competencia en Santo Domingo no tenía botas para participar y le preguntó a su entrenador si podía luchar descalza.
“Luego me prestaron unas botas y una malla, y así pude competir y ganar”, recuerda la deportista.
Lucía Yépez sufrió por falta de recursos
Yépez además ha indicado que en los primeros años de carrera tuvo que enfrentar la “falta de recursos económicos para seguir con mi preparación, lesiones por la lucha, operaciones y problemas familiares”, y hasta dijo que en más de una vez tuvo que “hacer dedo” (pedir a un conductor que la llevara gratis) para ir a sus entrenamientos, ya que no tenía dinero para el pasaje.
Según María, el cuarto de Lucía está acondicionado para sus entrenamientos.
Lucía siempre ha buscado los recursos económicos vendiendo de todo; fue comerciante, vendía lápices en la escuela, mangos, aguas en los feriados, hasta reunir su dinero.
Después fue ganando dinero en la Federación y cuando no le pagaban a tiempo, María la apoyaba con sus pasajes.
“Siempre nos hemos apoyado mutuamente. La lucha y perseverancia de mi hija es lo que la ha llevado a la cima”, dijo María.
Yépez ha destacado que, para entrenar, ha tenido que separarse de su familia por varios meses, pero la comunicación constante con su madre, a través de videollamadas, ha sido su motor para no rendirse.
En su carrera, Lucía Yépez ha conseguido varios logros internacionales, entre ellos ser campeona panamericana en diversas categorías y mundial.
Lucía reveló que haber quedado octava en los Juegos Olímpicos de Tokio la dejó insatisfecha, y por eso redobló esfuerzo para alcanzar la medalla olímpica en París, que le permitió ganar $ 125.000 que da el Gobierno Nacional por la medalla de plata, para comprar la casa que le había prometido a su madre.