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La Villa Olímpica de los atletas de Tokio 2020 abrió sus puertas con discreción, sin actos ni la presencia de medios en medio del repunte de contagios de covid-19 en la ciudad, cuando restan nueve días para la inauguración del evento.

Los residentes del complejo construido en el distrito de Harumi, en una de la islas artificiales de la bahía de Tokio, empezaron a llegar a lo que serán sus alojamientos mientras dure su participación en los Juegos, fuera del foco mediático y sin que la organización quisiera proporcionar cifras sobre los primeros inquilinos.

En el formato “burbuja” y simplificado de estos Juegos Olímpicos, los organizadores optaron por cancelar las ceremonias de bienvenida que caracterizaron la apertura de la Villa en citas anteriores, ante la necesidad de “tomar estas precauciones para prevenir la propagación de la covid-19”, dijeron en un comunicado.

Un elevado número de autos de policía se encontraban estacionados en las afueras de la villa de los atletas cuando los autobuses entraban en el complejo vallado, sin visibilidad de su llegada desde fuera.

Los organizadores han pedido a los participantes de los Juegos que limiten lo máximo posible su estancia en la villa: ingresar cinco días antes de competir, en principio, y abandonarla dos días después de que terminen las pruebas de sus disciplinas.

La Villa Olímpica, que alberga comedores, un gimnasio y un centro de control de dopaje, contará también con una clínica para gestionar los potenciales casos de covid-19, además de unas instalaciones médicas para atender otro tipo de contingencias sanitarias.

Pero sin duda lo que más llama la atención son las camas “anti sexo” para los deportistas.

Esto para evitar situaciones que no tengan que ver con lo deportivo.

Serán unas 18 mil camas “anti sexo”, fabricadas con cartón, que solo soportan el peso de un atleta y que una vez finalice el evento podrán ser recicladas.

Además, se ha indicado que las habitaciones de los deportistas estarán cubiertas con cortinas opacas, con el objetivo de que estos puedan descansar correctamente a cualquier hora del día.

En cada edición olímpica desde los juegos de Seúl de 1988, se ofrecen preservativos masivamente a los deportistas participantes para promover la lucha contra enfermedades sexualmente transmisibles, como el sida.

Vale recordar que en junio del presente año, los organizadores de los Juegos Olímpicos anunciaron que, aunque distribuirán preservativos a los atletas participantes, les pedirán no usarlos durante la competición, en línea con las medidas contra el coronavirus.