En el sur de Florida, entre vagones y esperas, late el ritmo silencioso de cientos de migrantes que madrugan para llegar a tiempo. Cada mañana, alguien sale desde Mangonia Park, al norte de West Palm Beach, con el objetivo de abrir puntualmente su pequeño puesto en un centro comercial de Miami.
Otra persona, más al sur, sube en Hollywood con la mirada puesta en un hospital de Coral Gables, donde trabaja como asistente médico. Y al mismo tiempo, alguien que limpia oficinas en el Downtown de Miami se acomoda en un asiento del Tri‐Rail para poder ahorrar lo suficiente y enviar algo de dinero a su familia.
18 estaciones distribuidas
El Tri‐Rail recorre tres condados del sur de Florida: Palm Beach, Broward y Miami-Dade, uniendo distancias que para muchos ecuatorianos habrían sido imposibles de cubrir a diario en auto, por el tráfico o el costo. Con sus 18 estaciones distribuidas en casi 82 millas (unos 131 km), el tren parte desde Mangonia Park, pasando por zonas como West Palm Beach, Boca Ratón, Fort Lauderdale y Hialeah, hasta llegar a la terminal de Miami Airport o a la moderna MiamiCentral.

Muchos pasajeros llevan mochilas gastadas, otros maletas pequeñas que evidencian que van directo al trabajo o incluso al aeropuerto. Las historias cambian, pero todos comparten algo: el Tri‐Rail les permite moverse sin gastar una fortuna. El billete de ida cuesta desde 2 dólares, y un viaje largo ida y vuelta rara vez pasa de 9.25 dólares. Fines de semana y feriados, el pase diario baja a 5 dólares, mientras estudiantes, mayores de 65 o personas con discapacidad pagan la mitad.
Otros medios de transporte
Al llegar a estaciones clave, la ruta se entrelaza con otros medios de transporte. Por ejemplo, en la Metrorail Transfer Station, muchos se bajan para tomar el metro de Miami que va hacia Kendall o Coconut Grove. Otros siguen hasta MiamiCentral, donde pueden enlazar con el Metromover, que da vueltas gratis por el centro, o incluso cambiar al Brightline, el tren de alta velocidad que lleva hasta Fort Lauderdale y Orlando. En los aeropuertos de Fort Lauderdale o Miami, es habitual ver a migrantes ecuatorianos que aprovechan los autobuses gratuitos que los llevan directamente a las terminales o a zonas industriales.
Hay quienes cuentan que trabajan de noche, así que toman el tren de vuelta antes del amanecer, aprovechando el servicio temprano. Otros, que viven en ciudades más lejanas como Delray Beach o Deerfield Beach, optan por los pases mensuales, que rondan los 155 dólares, o la tarifa reducida de 77.50 dólares si califican.
El Tri‐Rail no es solo un tren: es la red que permite que muchos migrantes mantengan dos y hasta tres trabajos, estudien de noche o visiten a su familia un domingo sin tener que gastar demasiado. Gracias al nuevo servicio expreso, algunos ahorran tiempo: un tren rápido en la mañana hacia MiamiCentral y otro de regreso por la tarde, pensado justo para quienes entran temprano y salen en la tarde.
#EcuatorianosEnUsa | El Tri-Rail en Florida es vital para migrantes, facilitando el transporte diario, el acceso a empleos y el ahorro económico. https://t.co/8rZ7IHb8vp@manavisionec pic.twitter.com/2PpqHDBAOs
— Manavisión Canal 9 (@manavisionec) July 21, 2025
Ciudades ecuatorianas
Entre estaciones, los pensamientos van cargados de nostalgia, recordando ciudades ecuatorianas como Quito o Guayaquil. Pero el traqueteo constante del tren recuerda que aquí, en Florida, el Tri‐Rail es más que un transporte: es el hilo que cose cada día sus luchas y sus sueños.
Con 18 estaciones, precios accesibles y conexiones estratégicas, el Tri‐Rail se ha vuelto parte indispensable del viaje diario de muchos migrantes, uniendo no solo ciudades, sino también esperanzas que avanzan, estación tras estación. (MF. A. L.)