De campeón mundial a fugitivo: la vida controvertida de Bobby Fischer

Bobby Fischer, legendario ajedrecista estadounidense, marcó la historia del ajedrez con su genio y controversias. Desde su consagración como campeón mundial en 1972 hasta su vida como fugitivo tras violar sanciones internacionales.
Bobby Fischer, probablemente el mejor jugador de ajedrez de la historia, dejó un legado imborrable.
Bobby Fischer, probablemente el mejor jugador de ajedrez de la historia, dejó un legado imborrable.
Bobby Fischer, probablemente el mejor jugador de ajedrez de la historia, dejó un legado imborrable.
Bobby Fischer, probablemente el mejor jugador de ajedrez de la historia, dejó un legado imborrable.

Redacción

Redacción ED.

Bobby Fischer, legendario ajedrecista estadounidense, marcó la historia del ajedrez con su genio y sus controversias. Desde su consagración como campeón mundial en 1972 hasta su vida como fugitivo tras violar sanciones internacionales, su trayectoria combina triunfos deportivos con un carácter polémico que lo llevó al ostracismo.

Bobby Fischer, considerado uno de los más grandes ajedrecistas de la historia, dejó un legado imborrable en el mundo del ajedrez, pero también una vida marcada por la controversia y el aislamiento. Conocido por su victoria en la “Partida del Siglo” contra Boris Spassky en 1972, Fischer se convirtió en el primer estadounidense en ganar el campeonato mundial de ajedrez en un siglo. Sin embargo, su carrera se vio opacada por declaraciones antisemitas, antiamericanismo y problemas legales que lo llevaron a vivir como fugitivo hasta su muerte en 2008.

Bobby Fischer, el prodigio

Nacido en 1943 en Brooklyn, Nueva York, Fischer mostró un talento prodigioso desde joven. A los 14 años, se convirtió en el campeón estadounidense de ajedrez más joven de la historia, un título que conquistó ocho veces en ocho intentos. A los 15, se consagró como el gran maestro internacional más joven hasta entonces. Su fama alcanzó su cúspide en 1972, cuando derrotó al soviético Boris Spassky en Reikiavik, en un enfrentamiento que capturó la atención mundial durante la Guerra Fría.

La “Partida del Siglo” no solo destacó por su maestría en el tablero, sino también por el simbolismo político de un estadounidense venciendo a la hegemonía soviética en el ajedrez. Sin embargo, el carácter excéntrico y conflictivo de Fischer comenzó a eclipsar sus logros. En 1975, se negó a defender su título mundial cuando la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) no aceptó todas sus condiciones, cediendo el campeonato al soviético Anatoly Karpov.

Hitler y el ataque de Fischer a Estados Unidos

Fischer desapareció de la escena pública durante casi dos décadas, viviendo en el ostracismo y alimentando su paranoia. Durante este período, sus declaraciones públicas se tornaron cada vez más controvertidas. A pesar de su ascendencia judía, expresó opiniones antisemitas, incluyendo la admiración por Adolf Hitler y el apoyo a la destrucción de sinagogas.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Fischer sorprendió al mundo al celebrar los ataques en una entrevista radial en Filipinas, declarando: «Estas son noticias maravillosas. Aplaudo el acto. Estados Unidos e Israel llevan años masacrando a los palestinos, simplemente masacrándolos, robándolos y matándolos. A nadie le importó un comino. Ahora les está volviendo a Estados Unidos. ¡Que le den a Estados Unidos! Quiero ver a Estados Unidos aniquilado. ¡Muerte a Estados Unidos!»

La revancha y la orden de captura

Su vida dio un giro definitivo en 1992, cuando reapareció para jugar una revancha de exhibición contra Spassky en Sveti Stefan, Montenegro, entonces parte de Yugoslavia. Este evento violaba las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos debido al conflicto en Bosnia. Fischer, desafiante, escupió sobre una orden del Departamento de Estado que le prohibía participar y ganó el torneo, embolsándose más de 3 millones de dólares.

Como consecuencia, las autoridades estadounidenses emitieron una orden de arresto en su contra, enfrentándose a una posible pena de diez años de prisión y una multa de 250,000 dólares. Fischer se convirtió en fugitivo, viviendo en países como Hungría y Japón para evitar la extradición. En 2004, fue detenido en el aeropuerto de Narita, Tokio, al intentar viajar con un pasaporte estadounidense revocado. Permaneció bajo custodia japonesa durante meses mientras Estados Unidos buscaba su extradición.

Renuncia a su ciudadanía

En 2005, Islandia le otorgó la ciudadanía, permitiéndole establecerse en Reikiavik, donde renunció a su ciudadanía estadounidense. Fischer vivió sus últimos años aislado, aquejado por una enfermedad renal que le causó la muerte en 2008, a los 64 años.

El ajedrez fue el refugio de Fischer, un espacio donde su alto coeficiente intelectual y sus estrategias innovadoras lo convirtieron en una leyenda. Sin embargo, su infancia en una familia judía disfuncional, marcada por una relación conflictiva con su madre, y su exposición pública como niño prodigio dejaron huellas en su salud mental. (10)

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