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La muerte se ensañó con cuatro integrantes de una misma familia.
Un padre y sus tres hijos salieron de su casa a trabajar y regresaron en ataúdes.
Todos ellos murieron dentro de una cisterna de agua.
Se presume que se asfixiaron por la inhalación de gases tóxicos acumulados, aunque la Policía investiga lo que realmente sucedió.
La tragedia, que ha enlutado a una familia residente de la cooperativa San Ignacio, se registró ayer aproximadamente a las nueve y media de la mañana en una propiedad privada, localizada en la calle Portugal, en la lotización Buenos Aires, sector de la universidad UTE, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Las víctimas fueron identificadas como Luis Hernán Alomoto, de 50 años; y sus hijos Edwin, Jonathan y Álex Alomoto Toaquiza, de 32, 30 y 15 años, respectivamente.
El hecho también dejó un sobreviviente. Se trata de Jordi Ponce, de 18 años.
Luis Chifla, albañil y tío de Ponce, dijo que la cisterna estaba cerrada y que fue abierta para desencofrarla totalmente, trabajo que iban a realizar las víctimas.
“La abrieron y en ese momento les dije que nadie se metiera porque había gases acumulados, pero ellos no me hicieron caso. Debían esperar por lo menos un día”, explicó el hombre, quien se encontraba nervioso por todo lo sucedido.
El hombre dio declaraciones a la prensa en los exteriores de la vivienda en donde se registraron los hechos.

Una bomba. Según Chifla, su sobrino fue el primero que ingresó al aljibe.
“Íbamos a meter una bomba (para retirar el agua que había en el sitio). Mi sobrino ingresó y al ver que se desmayó, uno de los hijos de don Hernán va a su auxilio. Logran sacarlo, pero el otro chico (el que ayudó a Jordi) también se desmayó y allí empezó todo, no sé en qué momento se metieron los otros hermanos y don Hernán”, recalcó.
Chifla dijo que hicieron todo lo posible por salvar a las víctimas, pero ya era demasiado tarde.
“A mi sobrino me tocó darle primeros auxilios para reanimarlo porque también estaba mal, gracias a Dios no le pasó nada”, puntualizó.
El Cuerpo de Bomberos desplegó a su equipo de rescatistas para colaborar en las maniobras de extracción de los cuerpos.
Los fallecidos fueron retirados uno por uno por unas escaleras.
Chifla indicó que Hernán y sus hijos “eran personas allegadas a nosotros, incluso ellos nos dieron trabajo, pues estaban a cargo de toda la obra, es decir, de la construcción de una vivienda”.

“fue feo”. Jordi está consciente que se escapó de la muerte y que Dios le regaló una segunda oportunidad de vida.
“A los dos minutos de estar dentro de la cisterna me vino un olor fuerte, ya no podía ni hablar, sólo estaba haciendo señas”, puntualizó.
Su cuerpo se fue debilitando y optó por arrecostarse a una pared.
“Quedé inconsciente y de ahí ya no sé más. Cuando estaba afuera sólo veía blanco y negro y comencé a vomitar. Al rato empecé a reaccionar, me paré para lavarme la cara y me volví a sentar”, comunicó el joven, quien estaba acompañado por su tío.
Jordi se siente apenado por lo sucedido.
“Es feo, sentí bien feo”, agregó.
Tras su declaración se fue del lugar acompañado por su familiar y otros compañeros de trabajo.
Los dueños de la propiedad no se pronunciaron al respecto.
El levantamiento de los cadáveres se realizó a puerta cerrada.
Al predio solo ingresó personal policial, dos ambulancias y varios parientes de las víctimas.
Ellos se mostraron consternados por lo ocurrido.
Una joven que llegó al sitio accedió a los predios donde ocurrió la tragedia.
“Mi padre y mis hermanos, no. Me quiero morir”, repetía mientras lloraba desconsoladamente.
La familia de los fallecidos prefirió no pronunciarse al respecto, pidió que se respetara su dolor.
Un conocido de las víctimas, que prefirió no identificarse, dijo que ellos eran personas de bien, que tenían años de experiencia en el área de la albañilería.

No es la primera vez. El 3 de mayo del 2017, Jairo Bastidas, de 34 años, falleció producto de la inhalación de gases tóxicos mientras limpiaba una cisterna.
El hecho se registró en la cooperativa Mujer Trabajadora.
Dos personas más resultaron afectadas mientras sacaban a la víctima del aljibe.
En el 2016 un hecho similar se registró en el mismo sector. En esa ocasión fallecieron padre e hija.