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Entre 45 y 90 días puede demorar el proceso de identificación de la osamenta de una mujer encontrada entre la maleza.

El hallazgo tuvo lugar en una zona alta de la vía Cuatro Esquinas-Zapallo, en Portoviejo.

En la frialdad de la morgue de Manta, sobre una mesa de acero inoxidable, reposan los restos de lo que alguna vez fue una mujer.

Los restos fueron hallados junto a un sostén desgastado, un interior descolorido y una pulsera roja con la letra “A”, que podría ser la clave para resolver uno de los misterios más dolorosos de Portoviejo.

Aunque hay que esperar los resultados oficiales de las pruebas de ADN, se espera confirmar la identidad de quien se presume se trataría de Ariana Valentina Jiménez Andrade, de 24 años.

Ella desapareció el 14 de junio, luego de ser citada por su pareja, de quien esperaba un bebé con dos meses de gestación.

Ariana Jiménez estaba embarazada

Era una mañana como cualquier otra cuando Ariana, de 24 años, con sueños de graduarse y dos meses de embarazo, salió de la casa de su madre en la ciudadela El Llano, en Portoviejo.

“Voy a la universidad, mami”, fueron sus últimas palabras.

Su tesis de Administración de Empresas esperaba fecha de sustentación, pero el destino tenía otros planes.

Ariana nunca llegó a la universidad.

En su lugar, se detuvo en el parque de Los Jazmines, donde la esperaba él, el padre de su hijo no nacido.

Lo que sucedió en ese encuentro del 14 de junio es un misterio que solo dos personas conocen, y una de ellas está ausente.

“Cada quien se fue por su lado y ella se marchó en un taxi”, declaró él a la Policía.

En la casa de los Jiménez, el tiempo se mide de forma diferente desde hace casi cuatro meses.

Coincidencialmente, la noche del lunes la Policía allanó una casa y capturó a Joel E., un hombre con una orden vigente por “desaparición involuntaria”.

Se presume que estaría vinculado con este caso.