Una manabita, su esposo y su pequeño hijo, de tan solo un año, fallecieron en un terrible accidente de tránsito.
Los gritos de una mujer eran desgarradores, y no era para menos. Ella estaba de rodillas, sobre la carretera húmeda por la llovizna. Permanecía hincada frente a la ambulancia de Medicina Legal de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).
Dentro de ese vehículo, en bandejas metálicas, estaban los cadáveres de tres de sus seres queridos.
Fueron las víctimas de una tragedia que se reportó cerca del mediodía del sábado 11 de febrero del 2023, en el kilómetro 16 de la vía Santo Domingo-Alóag, sector conocido como Tinalandia.
Los fallecidos fueron identificados como Jefferson Quevedo, de 25 años de edad; su pareja, Morelia Tapia (manabita), de 23, y el bebé que ambos procrearon, Elián Quevedo Tapia, de tan solo un año y medio de edad.
Manabita viajaba en una moto junto a su familia
Los tres se movilizaban en una moto cuando ocurrió la tragedia. Chocaron de frente contra un camión, que quedó volcado en la cuneta.
Los choferes que pasaban a esa hora avisaron al Servicio Integrado de Seguridad ECU 911.
Personal de la Cruz Roja y de la CTE tomó procedimiento en el lugar del choque.
Uno de los vigilantes que llegó a la escena indicó que se trató de un choque frontal. Dijo que la moto iba en el carril hacia Alluriquín y el camión, viajando en sentido contrario, desde Quito.
Al parecer, Quevedo, conductor de la moto, intentó hacer una maniobra para rebasar, pero no pudo completarla a tiempo y se impactó de frente contra el pesado vehículo.
Las evidencias del golpe quedaron en el parachoques del camión, que quedó de lado, en la cuneta, con daños en la cabina del conductor y con el parabrisas desprendido.
Los testigos manifestaron que el chofer no se dio a la fuga y permaneció en el sitio.
Otro testigo indicó, supuestamente, que cuando Quevedo quiso incorporarse en su carril, otro carro le cerró el paso y no pudo evadir al camión.
Se supo que el chofer del camión también quiso evitar el golpe, se abrió a un costado y por eso quedó en la cuneta. Son las versiones que esclarecerán las investigaciones.
Lesiones mortales
El cadáver de la manabita y su pareja estaban destrozados por el golpe.
La moto en la que iban quedó partida en dos. El neumático delantero quedó a unos 20 metros de los cuerpos y la otra parte de la motocicleta.
A Quevedo, cuando lo separaron de la moto, se le veían cortes en la parte de la entrepierna, sus partes íntimas, intestinos y el estómago.
En la cabeza tenía golpes, al igual que su pareja, aunque ambos iban con los cascos, que quedaron intactos tras el accidente.
El pequeño iba sin casco, según se conoció.
Uno de los vigilantes de la CTE dijo que el bebé estaba con vida cuando llegaron los rescatistas, pero minutos después falleció.
Se presume que iba en medio de sus padres y el choque le provocó daños irreversibles en sus órganos.