El nombre de la persona que ordenó el secuestro de la hija de “Fito” fue revelado en un juicio.La Fiscalía informó que el mentalizador de mantener 100 horas en cautiverio a Michelle Macías habría sido Gregorio Ramírez, alias “Goyo”, a quien lo mataron y le arrancaron el corazón en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Su nombre salió a la luz en pleno juicio, cuando juzgaban a los dos secuestradores: José Rivas Rangel y el rapero Jeison Chacin Lucena.
Uno de ellos se acogió al derecho del silencio, y el otro aceptó rendir su testimonio frente a los jueces y contó que ”Goyo” planificó el secuestro desde la prisión. ”Goyo” murió descuartizado el 15 de julio de este año en la cárcel de Bellavista de Santo Domingo, por presuntamente tener conexiones con el asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”, máximo líder de la organización Los Choneros.
Ese 15 de julio hubo 12 reos fallecidos, de los cuales tres habían vivido en Manta. ”Goyo” era de nacionalidad venezolana, y fue asesinado cuando cumplía una condena de 34 años de cárcel por liderar una masacre perpetrada el año pasado en la parroquia Los Esteros de Manta.
Condena. Los dos hombres procesados por el secuestro de la hija de José Macías Villamar, alias “Fito”, fueron condenados a cinco años de cárcel.
“Fito” es acusado por el Gobierno de ser el actual líder de Los Choneros, y está detenido en Guayaquil, donde paga una condena de 26 años de cárcel por la muerte de Jairón Carreño, quien fue acribillado en el 2011 en Manta.
La sentencia en contra de los captores de su hija fue emitida, hace una semana, de forma oral por los jueces del Sexto Tribunal de Garantías Penales de Manabí. José Rivas Rangel y Jeison Chacin Lucena pagarán la condena en la cárcel de Cotopaxi.
Ambos fueron sancionados porque Michelle Macías los reconoció como los autores de su secuestro. La joven de 19 años de edad fue raptada junto con su amiga, María Villavicencio, cuando salían de recibir clases de maquillaje de un spa el 17 de noviembre del año pasado, en el barrio Los Gavilanes. La víctima narró que mientras estuvo en cautiverio la introdujeron a una cueva para grabar tres videos que eran enviados a su padre.
En su testimonio confesó que los secuestradores hablaban en clave para referirse a ella y a su amiga, diciendo: “Las vacas están histéricas, las vacas serán liberadas, las vacas ya comieron, las vacas están bien”. Ambas estuvieron secuestradas en una montaña de Pacoche.
Los procesados aceptaron y reconocieron que participaron en el cautiverio de las víctimas tras recibir 200 dólares.
Las víctimas narraron que vivieron momentos de terror durante el secuestro, porque las apuntaron con armas en el pecho, según el proceso de la Fiscalía. Mientras estuvieron en cautiverio les dieron repelente, buzos, papitas fritas, galletas y agua. Ellas durmieron sobre unos sacos y varias sábanas debajo de arbustos.