Con cuatro horas de diferencia se registraron dos crímenes en Montecristi.
El primer caso ocurrió a las 11h45 en una cancha en el barrio El Prado 1.
La víctima fue identificada como Óscar Erazo Macías (50); al parecer, los sicarios ya le seguían los pasos para asesinarlo.
Él fue abordado por dos sujetos en una motocicleta. Uno se bajó, sacó un arma de fuego y le disparó por varias ocasiones.
Un testigo dijo que Erazo estaba sentado en una banca y quiso avanzar a una tienda cercana cuando fue abordado por su asesino.
Aunque intentó correr, fue alcanzado por los disparos y su cadáver quedó entre la vereda y la calle, boca abajo.
Un piquete de policías llegó al lugar para acordonar el área. Luego, con una manta de color negra cubrieron el cadáver.
Una mujer que vive por el sector dijo que se escucharon varios disparos, pero al principio ella creyó que habían sido juegos pirotécnicos.
También aseguró que se escuchó el sonar de una motocicleta que salía a toda velocidad del lugar donde se dio el asesinato.
“Al observar lo que pasaba, ingresé a la casa y puse seguro a la puerta”, dijo la moradora.
Un grupo de militares también llegó al lugar del asesinato.
Personal de Criminalística levantó siete casquillos de balas en el lugar.
Mientras se cumplía el procedimiento, varios familiares del hombre llegaron al sitio para confirmar su muerte.
Criminalística levantó el cuerpo ante el llanto de los familiares y lo trasladó hasta la morgue de la ciudadela Urbirríos.
Ni la Policía ni la Fiscalía se pronunciaron sobre esta nueva muerte violenta.
En otro sector de Montecristi
El otro asesinato se registró a las 16h00 en barrio Los Artesanos.
La víctima fue identificada como Bryan Abel Rezabala Zambrano (30).
Una testigo, que llegó a los pocos minutos del crimen, dijo que el cadáver estaba boca abajo, atado de pies y manos y vendados los ojos.
Además señaló que se escucharon varias detonaciones de fuego y después, un vehículo salió a alta velocidad del lugar y tomó la vía a la Refinería del Pacífico.
Recién allí fue cuando los moradores se acercaron a ver lo que sucedía.
Cerca del cadáver, señaló, contaron quince casquillos de balas. Los moradores creen que a la víctima la llevaron atada de pies y manos y en el mismo lugar lo asesinaron.
Tras dar aviso de lo acontecido al ECU-911, llegaron los policías que rodearon el área. Allí se procedió a realizar el levantamiento de los casquillos y a la toma de huellas del cadáver.
Mientras se cumplía este procedimiento arribaron al lugar familiares del fallecido.
Se conoció que Rezabala trabajaba de albañil, que deja dos hijos en la orfandad y que vivía en la ciudadela Nueva Esperanza.
En los dos hechos no se pronunciaron delegados de la Fiscalía ni de la Policía.
En lo que va del año, en el distrito policial Manta, Montecristi y Jaramijó se registran 290 muertes violentas.