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La hija de “Fito” rindió un testimonio en la Fiscalía  donde reveló que la llevaron a una cueva para grabar tres videos cuando la secuestraron.

Las grabaciones fueron hechas por sus captores supuestamente con un objetivo: enviárselas a su padre, José Macías Villamar, para obligarlo a frenar las muertes violentas que se registraban en las cárceles del país.
Michelle Macías dijo en su versión que los secuestradores tenían acentos venezolano y colombiano. La joven de 19 años de edad fue secuestrada en Manta junto con su amiga María Villavicencio cuando salían de recibir clases de maquillaje en un spa el 17 de noviembre.
Ella manifestó en la declaración que el secuestro se produjo en cuestión de segundos cuando se dirigían hacia su carro y fueron interceptadas por varios hombres que las obligaron a subir a un vehículo con la cabeza agachada. Luego de unos diez minutos las cambiaron de vehículo y Michelle empezó a sufrir una ataque de angustia y desesperación porque iba con los vidrios arriba y sin aire acondicionado. En ese momento los captores se asustaron y realizaron una llamada donde les indicaron que no la dejaran libre.
La víctima señaló que los secuestradores hablaban en clave y para referirse a ellas decían: “Las vacas están histéricas, las vacas serán liberadas, las vacas ya comieron, las vacas están bien”, era el lenguaje que utilizaban.
Macías relató que al llegar a una vía principal, las obligaron a caminar hacia el monte durante más de diez minutos. La primera noche durmieron en el bosque y lo único que había en ese lugar eran dos sacos: uno con comida y el otro con sábanas. Ella y su amiga eran vigiladas por tres captores que portaban pistolas.

Al día siguiente volvieron a caminar montaña adentro donde las tuvieron en cautiverio. Ellas estuvieron secuestradas 100 horas y cada 12, los delincuentes hacían cambio de guardia. Ellos hablaban que habían trabajado en Venezuela como paramilitares, donde supuestamente descuartizaban a las personas.
La víctima contó que una madrugada la levantaron para grabar un video mientras leía una carta escrita a mano que le había entregado el delincuente. Doce horas después le obligaron a grabar otro video dirigido a su padre. El contenido de las grabaciones no se ha hecho público hasta que los tres detenidos que existen por este secuestro sean juzgados en el Palacio de Justicia. Informes reservados de la Policía revelan que la víctima era obligada a decirle a su padre que pare las masacres.

“Fito” es acusado de ser el líder de Los Choneros y actualmente está detenido en Guayaquil, donde paga una condena de 26 años de cárcel por la muerte de Jairón Carreño, quien fue acribillado en el 2011 en Manta.

> Los drones.  Al segundo día hubo cambio de guardia y llegó a cuidarla un nuevo delincuente. El captor se puso a hablar de música con las víctimas y les dijo que era rapero. También que había colgado dos vídeos con sus canciones en su cuenta de Youtube. Las letras de ambos temas hacían referencia a la pandemia. Gracias a su canal fue identificado y detenido. Su nombre es Jeison Javier Chacin Lucena, señala el informe de la Fiscalía.
Al tercer día pasó un helicóptero de la Policía dando varias vueltas sobre ellos. En ese momento los secuestradores  las obligaron a esconderse bajo unos arbustos. En la noche aparecieron unos drones, pero sobrevolaban muy alto. Incluso, los captores se asustaron cuando escucharon la sirena de la Policía que pasaba cerca del lugar. En ese momento la obligaron a grabar otro video.
“Esto es solo para meter presión, no las vamos a matar”, les dijo otro de los captores, según consta en el proceso. Al cuarto día aparecieron otros delincuentes y dijeron que había la orden de soltar a las víctimas. Michelle y su amiga caminaron más de 20 minutos hacia la vía y en ese lugar estuvieron paradas cerca de una hora hasta que aparecieron sus familiares y la Policía a rescatarlas.
María Villavicencio también rindió una versión que coincide con el testimonio de la hija de “Fito”. Ella dijo que vivieron momentos de terror porque las apuntaron con armas en el pecho. Villavicencio dijo que los captores les dieron repelente, buzos, papitas fritas, galletas y agua. Durmieron sobre unos sacos y varias sábanas. Ella confesó que en el día pasaban rezando y en la noche trataban de dormir. La víctima reveló que cuando los delincuentes terminaban de hablar por celular, le sacaban el chip al equipo para quemarlo y no dejar huellas. Los captores siempre estuvieron encapuchados y usaban guantes de tela, zapatos casuales, botines y botas. Antes de ser liberadas, los secuestradores les pidieron a las víctimas  contar la verdad. “Nunca les hemos faltado el respeto”, dijo uno de ellos, según el proceso judicial. Un mes después del secuestro, la Policía capturó a tres personas acusadas de ser las responsables del cautiverio. Los procesados son: José Rodolfo Rivas Rangel, Juan Carlos García Bravo y el rapero Jeison Javier Chacin Lucena.