El ex guardaespaldas de David y Victoria Beckham, Craig Ainsworth, fue encontrado sin vida en España durante el fin de semana. Ainsworth, un exmilitar británico que trabajó con la familia Beckham entre 2013 y 2015, luchaba en silencio contra las secuelas del trastorno por estrés postraumático. El famoso hombre de seguridad sirvió en Afganistán. La noticia fue confirmada por su madre, quien reveló a través de las redes sociales el devastador fallecimiento de su hijo.

El encuentro trágico

El cuerpo de Craig Ainsworth fue encontrado después de una intensa búsqueda de varios días por las autoridades españolas, que abarcó desde Barcelona hasta Alicante. La noticia fue anunciada por su madre, Sally Ainsworth. La madre expresó en redes sociales: «Lo hemos encontrado. Con la mayor tristeza, el mundo ha perdido a Craig. Sirvió en Afganistán y sufría trastorno de estrés postraumático».

Ainsworth fue un guardaespaldas destacado, contratado por David y Victoria Beckham en 2013 después de que el futbolista regresara a Londres tras su paso por el PSG. Durante su tiempo con los Beckham, Ainsworth estuvo encargado de la seguridad de la familia, incluyendo a sus hijos. Además, trabajó para otras figuras del espectáculo como Johnny Depp, Jennifer Lawrence y Arnold Schwarzenegger, quienes también confiaron en su capacidad profesional.

El acuerdo de confidencialidad y su vida en el servicio

La vida de Ainsworth antes de ser contratado por los Beckham fue un recorrido de sacrificios y desafíos. Como parte de su trabajo de seguridad, tuvo que superar arduas pruebas físicas, como ser rociado con gas pimienta o pelear en la oscuridad contra un peleador de artes marciales mixtas.

El exmilitar firmó un acuerdo de confidencialidad con los Beckham que le prohibía hablar sobre ellos durante 50 años. Esta es una medida común en el mundo de la seguridad privada para proteger la privacidad de las familias que enfrentan amenazas constantes debido a su estatus. Ainsworth cumplió con su labor de manera profesional, pero las cicatrices de su pasado militar, especialmente su servicio en Afganistán, comenzaron a salir a la luz más adelante.

El sufrimiento y su mensaje final

Días antes de su muerte, Craig Ainsworth había publicado un mensaje desgarrador en sus redes sociales. En el texto alertaba a sus amigos sobre el profundo sufrimiento que estaba experimentando. “Vivir es lo más raro del mundo. Para la mayoría de la gente eso es todo. Para la mayoría de vosotros esto será un shock, pero he estado sufriendo un dolor tremendo durante los últimos cuatro años, desde que el confinamiento destruyó todo lo que había construido”, escribió Ainsworth, quien también compartió que había perdido a 11 amigos por suicidio en los últimos 16 meses.

El exmilitar mencionó que su vida se había visto marcada por un profundo dolor emocional. Aunque el guardaespaldas trataba de proyectar una imagen positiva hacia el mundo, sus recuerdos y sus experiencias lo seguían persiguiendo. Ainsworth expresó: “Viví la vida de diez hombres. Viví con un corazón puro y buenas intenciones. Ciertamente no fui una persona perfecta, pero viví la vida, eso es seguro”.

El trastorno por estrés postraumático y sus devastadoras consecuencias

El trastorno por estrés postraumático (TEPT), como el que sufría Craig Ainsworth, es una afección mental grave. Este tipo de patologías puede desarrollarse después de que una persona haya estado expuesta a eventos extremadamente traumáticos. Este trastorno es común entre personas que han vivido experiencias como combates bélicos, desastres naturales, accidentes graves o agresiones violentas. Ainsworth, al haber estado en Afganistán, no fue ajeno a los efectos devastadores del TEPT, los cuales se intensifican por las terribles imágenes y experiencias vividas en el campo de batalla.

Consecuencias físicas y emocionales del TEPT

Las personas que padecen TEPT experimentan síntomas como recuerdos intrusivos del evento traumático, alteraciones en el estado de ánimo. También sufren hipervigilancia y respuestas desproporcionadas ante situaciones cotidianas. En muchos casos, las víctimas pueden revivir el trauma a través de flashbacks o pesadillas. Todo esto dificulta enormemente su capacidad para llevar una vida normal.

El cuerpo reacciona ante el trauma a través del sistema de “lucha o huida”, liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina. Para quienes desarrollan TEPT, este sistema se desregula, lo que causa una sensación constante de peligro, incluso cuando el individuo ya no está expuesto a una amenaza real.

El impacto en los veteranos de guerra

El trastorno por estrés postraumático no solo afecta a civiles, sino que es especialmente prevalente entre veteranos de guerra. Los estudios indican que entre el 11% y el 20% de los veteranos de las operaciones en Afganistán y Irak han experimentado síntomas de TEPT. Para los marines, especialmente aquellos que estuvieron en el frente de batalla, las tasas son aún más altas, ya que el trauma asociado con el combate directo puede dejar cicatrices profundas y duraderas.

El tratamiento del TEPT suele incluir terapia cognitivo-conductual y medicación, además de un apoyo social que puede incluir grupos de apoyo o conversaciones con seres queridos. Sin embargo, los desafíos persisten, y muchas veces los afectados luchan en silencio, como ocurrió con Craig Ainsworth. (15)