El Proyecto de Reactivación del Cacao Nacional Fino, iniciado en 2012 bajo Rafael Correa, continuó con Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa. La estrategia conjunta de gobiernos y prefecturas permitió renovar cultivos, sembrar nuevas hectáreas y sostener exportaciones que superaron 1.500 millones de dólares, consolidando a Ecuador como potencia cacaotera mundial.
Un proyecto que sobrevivió a los cambios políticos
En julio de 2012 el Ministerio de Agricultura, bajo el gobierno de Rafael Correa, lanzó el Proyecto de Reactivación del Cacao Nacional Fino (o de Aroma). Su meta fue renovar 284.000 hectáreas, sembrar 70.000 nuevas, fortalecer 25 macroviveros con capacidad de 77 millones de plantas y dar acceso a crédito especializado. La inversión inicial fue de 66,83 millones de dólares hasta 2021, beneficiando a más de 60.000 productores.
El programa no se detuvo con la transición presidencial. Lenín Moreno lo mantuvo y, en 2019, firmó el Decreto Ejecutivo 791, que elevó a política pública el Plan de Mejora Competitiva de la cadena cacao-chocolate. Esa decisión institucionalizó la cadena y creó una gobernanza interministerial con horizonte a 2030.
En 2021, Guillermo Lasso integró el plan en el PEI MAG 2021–2025. Aunque con un presupuesto menor (137.314 dólares en 2022 para el proyecto específico de café y cacao), se mantuvieron capacitaciones y entrega de plantas híbridas y de cacao fino de aroma.
Ajustes del programa del cacao
El actual presidente Daniel Noboa no eliminó el esquema, sino que lo adaptó a las exigencias internacionales. En 2024 emitió el Acuerdo Ministerial 023-2024, que estableció lineamientos de trazabilidad para cumplir con la normativa europea contra la deforestación. Desde 2025, Agrocalidad ejecuta un sistema de registro de operadores, clave para mantener las exportaciones hacia la Unión Europea, principal destino del cacao ecuatoriano.
La continuidad demuestra que, incluso con diferencias ideológicas, los gobiernos pueden sostener políticas que funcionan. “El cacao ecuatoriano es un producto bandera y un motor de exportaciones”, reiteró la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (ANECACAO).
Prefecturas: la pata territorial del plan del cacao
El apoyo de los gobiernos seccionales fue decisivo. En Manabí, el entonces prefecto Mariano Zambrano inició en 2006 un programa de donación gratuita de plantas. Hoy, bajo la prefectura de Leonardo Orlando, funciona el proyecto “Cacao Manabí, aroma y sabor ancestral”, que beneficia a más de 4.199 familias productoras con plantas, asistencia técnica y renovación de cultivos.
En Los Ríos, la prefectura liderada por Johnny Terán consolidó la entrega de más de 2,2 millones de plantas desde 2019, con un plan para sumar 610.000 adicionales en 2025. El programa incluye la producción propia de 40.000 plantas en eco-invernaderos. El ex prefecto Marco Troya ya había impulsado iniciativas similares, lo que muestra también una continuidad local.
La combinación de políticas nacionales y provinciales permitió sostener el ritmo de renovación de cultivos en provincias que concentran más del 45% de la producción cacaotera del país.
Los resultados en dólares y toneladas
La producción nacional creció de 287.000 toneladas en 2018 a más de 450.000 en 2023. Para 2025, ANECACAO proyecta 515.000 toneladas, acercándose a las cifras de Ghana, segundo productor mundial.
En exportaciones, el salto es aún más visible. Ecuador pasó de 788 millones de dólares en 2018 a 1.172 millones en 2023. En 2024 la cifra llegó a 1.515 millones y en el primer trimestre de 2025 ya suma 1.333 millones.
La calidad del cacao fino de aroma, demandado por la industria chocolatera premium de Europa y Norteamérica, mantiene precios estables y abre oportunidades de diferenciación frente a Costa de Marfil y Ghana, que enfrentan caídas de producción del 14% por sequías y enfermedades. En el caso de Ghana, hay que sumar el boom de la minería, que afecta a los cultivos de cacao.
Continuidad que se traduce en beneficios para el Cacao
El caso del cacao es excepcional en la política ecuatoriana. A diferencia de otros sectores, aquí se mantuvo un mismo hilo durante más de una década. Los productores, reconocen que esa continuidad los ayudó.
El cacao tiene un valor histórico en Ecuador. Investigaciones hablan de que este país es la cuna del producto a nivel Mundial. Además, el cacao representa un pilar socioeconómico de primer orden en Ecuador. En 2025, el Ministerio de Agricultura indica que 120.000 familias están directamente vinculadas con la cadena cacaotera, que abarca 540.000 hectáreas sembradas, y genera empleo para 600.000 personas en el país.