Las autoridades de Corea del Norte inauguraron este 13 de junio del 2025 el destructor Kang Kon, de 5.000 toneladas, en el puerto de Rason, tras un accidente en su botadura en mayo que provocó críticas del líder Kim Jong Un. La ceremonia, presidida por Kim y acompañada por su hija, marcó la recuperación del buque y el anuncio de la construcción de dos nuevos destructores similares para 2026, en un esfuerzo por reforzar la presencia militar marítima del país frente a amenazas internacionales, según la agencia estatal KCNA.
El Kang Kon, nombrado en honor al primer líder de las Fuerzas Armadas norcoreanas fallecido en la Guerra de Corea (1950-1953), sufrió un percance técnico en mayo durante su botadura en Chongjin, cuando se volcó parcialmente por lo que Kim calificó como un “acto criminal causado por negligencia”. El líder ordenó su restauración urgente, describiendo el incidente como una “cuestión política” que afectaba la autoridad del Estado. Imágenes satelitales confirmaron las reparaciones, y Kim anunció que en dos semanas el buque fue reflotado y restaurado con éxito, según reportó KCNA.
Fortalecer la presencia militar
Kim Jong Un, quien asistió a la ceremonia en la costa noreste del país, reiteró que el accidente fue “intolerable” y llevó a la detención de varios altos cargos por su “falta de cuidado”. El buque, trasladado de Chongjin a Rason para su reparación, fue presentado como un símbolo de la capacidad técnica y determinación de Corea del Norte. Durante el evento, Kim destacó la necesidad de fortalecer la presencia militar marítima en el Océano Pacífico, señalando a Estados Unidos y sus aliados como responsables de “provocaciones cada vez más explícitas” que, según él, han superado “los límites establecidos”.
El líder norcoreano también reveló planes para construir dos destructores de más de 5.000 toneladas el próximo año. Esto como parte de una estrategia para modernizar la armada del país. Esta decisión se enmarca en un contexto de tensiones crecientes con Washington y sus aliados. Especialmente tras ejercicios militares conjuntos en la región y sanciones internacionales contra el programa nuclear y balístico de Pyongyang.
La Guerra de Corea, que terminó con un armisticio en 1953 pero sin un tratado de paz, sigue siendo un elemento central en la narrativa de Corea del Norte. Esta justifica su desarrollo militar como defensa ante amenazas externas. El Kang Kon, con su capacidad para operaciones marítimas avanzadas, refuerza la postura de desafío de Pyongyang frente a lo que considera una amenaza directa a su soberanía.
Gesto simbólico de resistencia
La ceremonia en Rason no solo celebró la recuperación técnica del destructor, sino que también sirvió como un gesto simbólico de resistencia. La presencia de Kim y su hija en el evento, ampliamente cubierta por los medios estatales, buscó proyectar unidad y fortaleza interna. KCNA destacó el discurso de Kim, quien subrayó que el fortalecimiento de la armada es crucial para la seguridad nacional en un entorno global “cada vez más hostil”.
El incidente de mayo expuso vulnerabilidades en la gestión de proyectos militares norcoreanos. Pero la rápida reparación del Kang Kon y el anuncio de nuevos buques intentan contrarrestar esa percepción. Las tensiones en la península coreana persisten, con Corea del Norte intensificando su retórica militar mientras enfrenta sanciones y presión diplomática. La construcción de nuevos destructores podría escalar las preocupaciones de la comunidad internacional sobre las ambiciones militares de Pyongyang.
Las autoridades no han proporcionado detalles técnicos adicionales sobre el Kang Kon ni los futuros buques. Sin embargo, el evento en Rason marca un paso en los esfuerzos de Corea del Norte por proyectar poder naval. La región seguirá atenta a los desarrollos militares del país en los próximos meses.