El ciudadano ecuatoriano-estadounidense Stefan Andrés Correa fue condenado a cadena perpetua por una corte federal de Florida tras ser hallado culpable de múltiples delitos sexuales contra menores de edad en Medellín, Colombia. Las autoridades estadounidenses comprobaron que Correa viajó a esa ciudad en al menos 48 ocasiones entre 2020 y 2024 para abusar de niñas, con el apoyo de una red de explotación sexual infantil.
Investigación y captura
Correa fue arrestado el 19 de abril de 2024 en el aeropuerto internacional de Miami, cuando se disponía a abordar un vuelo rumbo a Bogotá, con escala final en Medellín. En su equipaje, agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) encontraron 58 videos y más de 100 imágenes de abuso sexual infantil, además de chats explícitos donde exigía que las niñas fueran vírgenes y ofrecía dinero y celulares a cambio.
Durante la investigación, denominada “Operación Cazador”, se estableció que Correa ofrecía hasta 300.000 pesos colombianos y un iPhone a sus víctimas o a las personas que facilitaban los encuentros. Las víctimas eran niñas entre 9 y 12 años.
Apoyo de red local y condenas en Colombia
Las autoridades colombianas confirmaron que dos mujeres, Lina Marcela Velázquez Maldonado (19) y María Camila Cano Cuervo, eran parte de la red que colaboraba con Correa. En enero de 2025, ambas fueron capturadas.
Velázquez fue sentenciada en mayo a 21 años y dos meses de prisión tras comprobarse que facilitó el abuso sexual de su prima de 11 años. En una conversación de evidencia, Correa le indicaba cómo actuar para asegurar privacidad y minimizar resistencia de la menor.
Cano Cuervo, acusada de coordinar un encuentro con una menor de 15 años, no aceptó los cargos en la audiencia de control de garantías y quedó libre mientras avanza el proceso.
Cadena perpetua para alias “Cris”
Según la investigación, Correa utilizaba el alias “Cris” para ocultar su identidad. Su perfil profesional como farmacéutico pasaba inadvertido, mientras viajaba frecuentemente a Colombia dos veces por semestre para ejecutar los delitos.
Las víctimas, en su mayoría niñas en situación de vulnerabilidad, ofrecieron sus testimonios en entrevistas forenses, lo que permitió comprobar la responsabilidad directa del acusado.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, destacó la cooperación internacional en la resolución del caso.
“Este depredador sexual enfrentará una larga pena en prisión. Es un resultado histórico que evidencia lo que se puede lograr con inteligencia y cooperación”, expresó Gutiérrez.
Tráfico sexual infantil: un crimen trasnacional
El caso de Stefan Correa expone un grave problema de tráfico sexual internacional de menores. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el 72% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual en América Latina son menores de edad, y más del 90% son mujeres.
La sentencia a cadena perpetua fue posible gracias a la jurisdicción extraterritorial que permite juzgar a ciudadanos estadounidenses por delitos cometidos contra menores fuera del país.
Además, Estados Unidos ha firmado tratados de colaboración judicial con Colombia que permiten la cooperación en casos de abuso sexual infantil, explotación y trata de personas.
Llamado a la protección y prevención
Organismos defensores de la niñez han solicitado reforzar los controles migratorios y de vigilancia sobre viajeros con antecedentes o patrones sospechosos, especialmente en zonas turísticas donde se detectan redes de turismo sexual infantil.
El caso de Correa es uno de los más documentados y judicializados en Colombia en materia de explotación sexual infantil transnacional. Las investigaciones continúan para identificar a otros posibles cómplices y rescatar a más víctimas.