El INEC reportó que la economía informal abarca el 52,4% del empleo, afectando los hábitos de ahorro de los ecuatorianos, al restringir su acceso a servicios bancarios.
La economía informal sigue siendo un pilar significativo del mercado laboral ecuatoriano. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en su informe del 26 de marzo de 2025, el 52,4% de los trabajadores del país operan en la informalidad, una leve mejora frente al 55,1% registrado en 2024. Este sector incluye a trabajadores independientes, vendedores ambulantes y pequeños emprendedores que no están registrados en el sistema tributario ni cuentan con seguridad social.
Esta alta incidencia de informalidad tiene un impacto directo en los hábitos de ahorro. Según un reporte de la Superintendencia de Bancos, muchas personas en la economía informal no tienen acceso a cuentas de ahorro formales debido a la falta de documentación o ingresos estables. Además, la Asociación de Bancos Privados de Ecuador (Asobanca) difundió que el uso de dinero en efectivo sigue siendo predominante entre los trabajadores informales, lo que limita su integración al sistema financiero.
La falta de educación financiera también agrava la situación. Muchas personas en la economía informal desconocen los beneficios de los productos bancarios, como las cuentas de ahorro o los microcréditos, lo que perpetúa su exclusión financiera.
Hábitos de ahorro: barreras y realidades
Los hábitos de ahorro de los trabajadores informales enfrentan múltiples obstáculos estructurales. Según datos de la Superintendencia de Bancos, solo el 30% de los trabajadores informales tiene una cuenta de ahorros activa en 2025, frente al 65% de los trabajadores formales. Este dato refleja una brecha significativa en el acceso a herramientas financieras que promuevan el ahorro.
Entre los factores que limitan los hábitos de ahorro en la economía informal, se identifican los siguientes:
- Ingresos inestables: Los trabajadores informales enfrentan fluctuaciones diarias en sus ganancias.
- Preferencia por el efectivo: El 36,5% de los ecuatorianos prioriza el dinero físico, según Asobanca.
- Falta de educación financiera: Muchos desconocen cómo funcionan los productos bancarios.
- Costos asociados: Las comisiones bancarias desincentivan el uso de servicios formales.
- Zonas sin acceso digital: La falta de internet en áreas rurales limita las transacciones electrónicas.
- Desconfianza en las instituciones: Algunos trabajadores evitan los bancos por temor a estafas.
En provincias como Cañar, los retiros promedio de efectivo alcanzan los USD 292 por operación, evidenciando la dependencia de dinero físico en regiones con alta informalidad.
Retos para la inclusión financiera en 2025
La economía informal plantea desafíos significativos para las políticas de inclusión financiera. Iniciativas como la entrega de smartphones y conectividad a comunidades rurales, impulsadas por empresas como PayJoy, buscan reducir esta brecha. En la Amazonía, por ejemplo, más de 360 personas de comunidades Achuar fueron beneficiadas con acceso a internet en abril de 2025, lo que podría facilitar su integración al sistema financiero.
La Superintendencia de Bancos también ha emitido alertas para evitar estafas, con tres nuevas advertencias sobre instituciones no autorizadas publicadas el 5 de abril de 2025. Estas medidas buscan generar confianza entre los trabajadores informales para que adopten productos financieros formales y mejoren sus hábitos de ahorro.
El panorama laboral de 2025, con más de la mitad de los trabajadores en la informalidad, refleja la necesidad de estrategias que promuevan una mayor bancarización y educación financiera. La reducción de la dependencia del efectivo y el acceso a servicios digitales podrían transformar la manera en que los ecuatorianos gestionan sus recursos, incluso en los sectores más vulnerables.