La hipertensión, una afección que afecta a millones en el mundo, puede agravarse por ciertos alimentos comunes, según investigaciones recientes. Embutidos, ultraprocesados. Además de salsas industriales, alcohol y azúcares refinados figuran entre los productos que expertos de instituciones como la OMS, la FEC y publicaciones científicas internacionales recomiendan evitar.
Alimentos a evitar en caso de hipertensión
Los embutidos como salchichas, jamón o chorizo contienen altos niveles de sodio y grasas saturadas. Un estudio del European Journal of Epidemiology (2020) concluye que el consumo habitual de estos productos está relacionado con mayor riesgo de hipertensión arterial. Esto debido a su contenido de hasta 2,000 mg de sodio por cada 100 gramos. La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) señala que su ingesta aumenta la retención de líquidos y complica la circulación.
La doctora Pilar Quevedo, del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, recomienda reemplazar embutidos por proteínas magras, como pechuga de pollo o pescado bajo en sodio.
Los alimentos ultraprocesados: snacks, comidas congeladas, sopas instantáneas, también contienen cantidades elevadas de sodio y grasas trans. Según Healthline (2022), una sopa enlatada puede aportar más de 1,100 mg de sodio.
Ingredientes invisibles que elevan la presión
Las salsas y aderezos industriales como kétchup o salsa de soja son fuentes frecuentes de sodio oculto. Por ejemplo, 135 g de salsa marinara contienen 566 mg de sodio, según Healthline (2022). La American Heart Association (AHA) advierte sobre su impacto en la salud cardiovascular.
La nutricionista Romina Pereiro sugiere usar limón, vinagre o especias naturales como alternativas saludables. Un estudio de American Journal of Clinical Nutrition (2021) mostró que el uso diario de 6.6 g de hierbas y especias puede reducir la presión arterial en solo un mes.
El consumo excesivo de alcohol también eleva la presión arterial. Una investigación en Journal of the American College of Cardiology (2017) indica que reducir la ingesta a una copa diaria en mujeres y dos en hombres mejora significativamente los valores de presión. Además, interfiere con los medicamentos antihipertensivos, según la Fundación Española del Corazón.
Azúcar y presión arterial: una conexión directa
Los dulces, refrescos y postres con azúcares refinados contribuyen al aumento de peso y alteran la función vascular. Un estudio en Journal of Hypertension (2019) mostró que reducir el consumo de 2.3 cucharaditas de azúcar al día disminuye notablemente la presión arterial en mujeres hipertensas.
La AHA recomienda no superar los 25 g de azúcar diario en mujeres y 36 g en hombres. El chocolate amargo (70-85% cacao), según la Biblioteca Cochrane (2017), es una mejor alternativa por su contenido en flavonoides que pueden ayudar a reducir la presión.
Recomendaciones y contexto clínico para la hipertensión
La dieta DASH, avalada por estudios publicados en American Journal of Clinical Nutrition (2020), reduce la presión arterial al priorizar alimentos ricos en potasio, calcio y magnesio, y limitar el sodio a 1,500-2,300 mg diarios.
Además de evitar los cinco alimentos mencionados, expertos recomiendan hábitos como ejercicio regular, control del estrés y evitar el tabaco. La Fundación Española del Corazón (FEC) aconseja restringir el consumo de sal a menos de 5 g diarios (una cucharadita) y leer las etiquetas nutricionales para identificar el sodio oculto.