El uso de tarjetas de crédito crece en el país, y con ello, la decisión entre pagar en corriente o diferido se vuelve crucial para los consumidores. Según expertos, elegir la opción adecuada depende de la capacidad de pago, la duración del bien adquirido y los intereses asociados. Esta elección puede marcar la diferencia entre ahorrar o acumular deudas innecesarias.
El pago corriente implica liquidar el total de la compra en un solo pago al cierre del periodo de facturación, sin generar intereses si se cubre el saldo completo. Sin embargo, si el consumidor opta por pagar solo la cuota mínima, generalmente el 10% del total, se generan intereses sobre el saldo pendiente. En este caso, el pago corriente se asemeja a un diferido a 10 meses con costos adicionales, lo que puede incrementar significativamente la deuda.
El pago en diferido y sus opciones
Por su parte, el pago diferido permite dividir el valor de la compra en cuotas a un plazo acordado con el establecimiento. Algunos comercios ofrecen diferir sin intereses, una opción atractiva para el bolsillo. Sin embargo, en otros casos, los intereses aumentan con plazos más largos, encareciendo el costo final. Según el coach financiero Andrés Mortola, lo ideal es cancelar el total lo antes posible y evaluar la capacidad de pago antes de comprometer ingresos futuros.
Un estudio de Multitrabajos.com revela que nueve de cada diez trabajadores en el país tienen deudas y dificultades para ahorrar, lo que lleva a muchos a optar por pagos diferidos para reducir el monto a pagar en la fecha de corte de la tarjeta. Sin embargo, Patricio Hernández, economista, advierte que el diferido debe reservarse para bienes duraderos, como electrodomésticos, muebles o dispositivos electrónicos, cuya vida útil supere los seis meses. En cambio, gastos de consumo inmediato, como alimentos, deben pagarse en corriente para evitar deudas prolongadas por productos ya consumidos.
“Pagar en diferido algo que se consume rápido es un error”, explica Hernández. “Si difieres alimentos, seguirás pagando meses después algo que ya no existe”. Para evitar problemas financieros, recomienda elaborar un presupuesto mensual y priorizar compras diferidas sin intereses. Además, aconseja considerar la vida útil del producto: ropa puede diferirse a mediano plazo, pero bienes perecederos no deben financiarse.
Los expertos sugieren seguir estas recomendaciones al usar tarjetas de crédito:
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Evalúa tu capacidad de pago: Si estás altamente endeudado, evita diferir nuevas compras.
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Compara opciones: Consulta si el comercio ofrece diferido sin intereses y elige plazos cortos para minimizar costos.
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Prioriza la vida útil: Difiere solo bienes duraderos y paga en corriente gastos de consumo inmediato.
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Planifica tus finanzas: Un presupuesto mensual ayuda a evitar compromisos financieros insostenibles.
El aumento en el uso de tarjetas de crédito refleja un cambio en los hábitos de consumo, pero también un desafío para los usuarios. Elegir entre corriente y diferido no solo depende de la conveniencia inmediata, sino de una planificación financiera responsable. Con un manejo adecuado, las tarjetas pueden ser una herramienta útil sin convertirse en una carga económica.