El Consejo de Administración Legislativa (CAL) sancionó a dos asambleístas: A Dominique Serrano, de ADN, y a Mireya Pazmiño, de la Revolución Ciudadana, por comportamientos que consideró contrarios a los principios de respeto y ética parlamentaria.
Dominique Serrano, asambleísta de 19 años y uno de los más jóvenes del actual Legislativo, enfrentó un proceso disciplinario después de que se difundieran imágenes suyas realizando dibujos mientras se desarrollaba una sesión clave. En aquella jornada, la Comisión de Participación Ciudadana analizaba presuntas irregularidades en contratos adjudicados a la empresa estadounidense Progen.
Este hecho generó cuestionamientos tanto dentro como fuera de la Asamblea Nacional. Valentina Centeno, jefa de la bancada de Acción Democrática Nacional (ADN), presentó formalmente la queja ante el CAL para que se evaluara la conducta del legislador.
Como parte de su defensa, Serrano argumentó que padece Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y que dibujar le ayuda a mantener la concentración. Sin embargo, el CAL resolvió que el asambleísta incurrió en una falta leve y le aplicó una suspensión de ocho días sin goce de sueldo.
Medidas contra el nepotismo
El caso de Serrano no quedó solo en el dibujo. La polémica se amplió tras conocerse que varios familiares suyos ocupaban cargos en la Asamblea Nacional. Frente a las críticas, el CAL decidió adoptar nuevas disposiciones para prevenir el nepotismo en la institución y garantizar mayor transparencia en la contratación de personal.
“Estas decisiones buscan fortalecer una cultura institucional basada en la ética pública y la responsabilidad”, afirmó el CAL en un breve comunicado oficial tras anunciar las medidas disciplinarias.
Insultos en debate parlamentario: el caso de la asambleísta Pazmiño
Por otra parte, la legisladora Mireya Pazmiño, de la bancada correísta, fue sancionada por emitir expresiones ofensivas contra su colega Andrés Castillo, asambleísta del oficialismo. Los hechos ocurrieron durante una sesión plenaria del pasado 12 de junio, en la que Castillo propuso que los menores de edad que cometan delitos graves puedan ser juzgados como adultos.
Molesta por esta propuesta, Pazmiño lo calificó de “fascista” ante el resto del hemiciclo. La situación provocó que Castillo presentara una denuncia por agresión verbal ante el CAL.
Tras revisar los antecedentes, el organismo consideró que la conducta de la asambleísta Pazmiño representaba una falta grave, por lo que resolvió suspenderla por 30 días sin sueldo.
Reacciones encontradas
Las sanciones no tardaron en provocar respuestas desde los sectores políticos implicados. Pazmiño aseguró que la medida tiene como objetivo intimidar a quienes “no se alinean con el discurso oficial” y reafirmó que mantendrá sus posiciones críticas en temas polémicos.
Mientras tanto, Serrano admitió que la situación lo tomó por sorpresa, pero defendió su forma de manejar su diagnóstico de TDAH dentro del trabajo parlamentario. “Dibujar me permite enfocarme”, explicó en declaraciones recientes.
Por su parte, la bancada oficialista señaló que la Asamblea Nacional debe recuperar la seriedad en los debates. Agregando que comportamientos irrespetuosos o distracciones durante las sesiones no pueden normalizarse.
Reesguardo a la imagen de la Asamblea
El CAL subrayó que sus resoluciones buscan “resguardar la imagen de la Asamblea Nacional y promover un ejercicio legislativo responsable y respetuoso”. Además, insistió en que estas medidas deben servir de ejemplo para todos los asambleístas, recordándoles la importancia de la ética en el ejercicio público.
Finalmente, los casos de Serrano y Pazmiño reabrieron la discusión sobre la disciplina parlamentaria. También de los límites del debate político y la responsabilidad individual de cada legislador frente a la ciudadanía que los eligió. Queda por ver si estas decisiones lograrán cambiar la dinámica interna de la Asamblea. En un caso contrario, se convertirán en un nuevo punto de conflicto político.