La comunidad médica ha comenzado a observar con mayor atención un fenómeno emergente conocido como runnorexia, una forma de conducta compulsiva que afecta a personas con obsesión patológica por correr. Aunque aún no está reconocida oficialmente como trastorno clínico, especialistas en salud mental y deporte han identificado un incremento de casos vinculados al sobreentrenamiento, ansiedad y autoimagen corporal distorsionada, principalmente en países de alto rendimiento físico y hábitos deportivos intensivos.
¿Qué es la runnorexia?
El término runnorexia no forma parte de los manuales de diagnóstico psiquiátrico como el DSM-5, pero se utiliza en el ámbito clínico y deportivo para describir una conducta de ejercicio compulsivo centrado en la práctica excesiva de correr. Quienes la padecen presentan una necesidad incontrolable de entrenar todos los días, incluso en condiciones de dolor, enfermedad o fatiga extrema.
Entre los comportamientos más frecuentes se encuentran:
- Priorizar el ejercicio sobre actividades sociales o laborales.
- Sentimientos de culpa o ansiedad al no correr.
- Persistencia en entrenamientos intensos a pesar de lesiones.
- Uso del ejercicio como método para controlar el peso o lidiar con emociones.
Esta conducta, según expertos del Instituto Karolinska de Suecia, puede ser un síntoma o derivación de trastornos más amplios como la anorexia atlética o la vigorexia.
Impactos físicos y psicológicos del sobreentrenamiento
La práctica compulsiva de ejercicio puede acarrear consecuencias negativas tanto físicas como mentales. El cuerpo humano necesita períodos de descanso y recuperación; ignorarlos puede provocar lesiones por uso excesivo, como fracturas por estrés, tendinitis o fatiga crónica.
Además, la runnorexia puede estar asociada a alteraciones hormonales, especialmente en mujeres, quienes pueden experimentar amenorrea (ausencia de menstruación) como consecuencia del bajo porcentaje de grasa corporal y el entrenamiento intenso.
En el plano mental, la conducta puede estar relacionada con trastornos de ansiedad, depresión o una autoimagen distorsionada, en la que la persona percibe su cuerpo como inadecuado si no cumple con una rutina estricta de ejercicio.
Aumento de casos de runnorexia
El fenómeno ha ganado visibilidad en el contexto posterior a la pandemia de COVID-19, donde muchos individuos adoptaron rutinas de ejercicio intenso como mecanismo de regulación emocional. Según un estudio publicado en 2024 por el European Journal of Sport Psychology, el 12% de corredores amateurs encuestados mostraron signos de dependencia psicológica del ejercicio, especialmente aquellos vinculados a redes sociales o comunidades deportivas virtuales.
El auge de aplicaciones de monitoreo físico, retos de kilometraje mensual y maratones virtuales ha sido identificado como un factor potenciador del ejercicio excesivo, especialmente en personas con rasgos perfeccionistas o necesidad de validación social.
Detección y abordaje clínico
Aunque la runnorexia no tiene un diagnóstico formal, especialistas recomiendan observar señales de alerta como:
- Incapacidad para descansar sin experimentar ansiedad.
- Negación de lesiones o síntomas físicos.
- Deterioro de relaciones personales por priorizar el ejercicio.
- Uso del running como castigo por comer o por imagen corporal.
El tratamiento suele incluir terapia cognitivo-conductual, supervisión médica y en algunos casos intervención nutricional. El objetivo es restablecer una relación saludable con el ejercicio, donde correr vuelva a ser una práctica de bienestar y no una compulsión.
Prevención y educación deportiva
Instituciones deportivas y entrenadores cumplen un rol clave en la detección temprana de conductas de riesgo. Promover un entrenamiento equilibrado, que incluya días de descanso, y fomentar la salud integral por encima del rendimiento físico, son estrategias fundamentales.
Además, los programas de formación deportiva están comenzando a incorporar módulos sobre salud mental y prevención de adicciones al ejercicio. Esto con el fin de crear entornos más seguros para atletas profesionales y amateurs.
Conclusión
La runnorexia es una conducta compulsiva asociada al exceso de ejercicio físico, particularmente la práctica de correr. Aunque no es un diagnóstico clínico reconocido, su impacto en la salud física y mental es real y puede derivar en consecuencias graves si no se aborda adecuadamente. El conocimiento, la detección precoz y la atención profesional son clave para revertir este patrón y recuperar el equilibrio entre cuerpo, mente y movimiento.