El experto en comportamiento canino Diego Cuazapaz, de Mundo Mágico de la Mascota, explica hoy cómo preparar a las mascotas para viajar por auto, bus, avión o transporte urbano, a fin de evitar estrés, mareos y comportamientos ansiosos.
El viaje con mascota mejora el vínculo
Viajar con mascotas mejora el vínculo emocional y estimula sus sentidos. Por eso, es imprescindible preparar su comportamiento según el medio de transporte. Primero, en automóvil familiar, realiza viajes cortos para que se acostumbre. Además, utiliza refuerzos positivos con premios o juguetes. Evita alimentar a tu mascota dos horas antes del viaje para prevenir mareos. También haz pausas cada dos horas para que camine y libere energía. Finalmente, usa un transportín o cinturón de seguridad para darle una zona segura dentro del vehículo.
Transporte público presenta nuevos desafíos. En autobús o tren, el espacio es reducido y hay estímulos constantes. Por ello, entrena a tu mascota a estar en el transportín, cubriéndolo parcialmente con una manta para reducir la ansiedad. Considera el uso de feromonas sintéticas para calmarla si es necesario.
El avión plantea otros retos: ruidos fuertes, presión atmosférica y manipulación externa. Crea simulaciones en casa con sonidos y movimientos similares al vuelo. Un veterinario puede recomendar un ansiolítico suave en casos de nerviosismo extremo. Además, coloca una prenda con olor familiar dentro del transportín para tranquilizarla.
Preparativos según tipo de transporte
Para el transporte urbano, refuerza comandos básicos como “quieto” o “no”. Realiza trayectos cortos fuera de las horas punta para que se acostumbre. Evita viajes prolongados y permanece atento a su comportamiento continuamente.
Los signos de estrés incluyen jadeo excesivo, salivación, temblores, vocalizaciones constantes o intentos de escape. Detectarlos permite tomar medidas oportunas para proteger su bienestar.
Recomendaciones adicionales
El cambio de ambiente, sonidos extraños y movimientos del vehículo pueden provocar ansiedad o agresividad en la mascota. Por eso, el entrenamiento gradual resulta esencial, adaptado al medio de transporte específico. Así se garantiza una experiencia positiva tanto para el animal como para su familia, evitando situaciones de riesgo o malestar.
En el caso del transporte aéreo, muchas aerolíneas exigen certificados veterinarios que certifiquen la salud del animal y el uso de transportines autorizados. Asimismo, el adiestramiento previo contribuye a su seguridad y al cumplimiento de normas durante el vuelo.
Además, se recomienda monitorear la hidratación del animal durante el viaje. Ofrecer agua en cantidades moderadas, especialmente tras las paradas programadas, ayuda a prevenir la deshidratación sin provocar malestar estomacal. Asimismo, mantener una temperatura interior adecuada en el vehículo o transportín—ni demasiado caliente ni demasiado frío—garantiza confort y reduce la tensión fisiológica (21).
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