El cineasta James Cameron anunció, en el marco del 80º aniversario del bombardeo de Hiroshima, que su próximo largometraje será una adaptación del libro Fantasmas de Hiroshima, del autor Charles Pellegrino. El filme marcará su regreso a proyectos ajenos a la saga Avatar tras 15 años y se centrará en la experiencia humana de los sobrevivientes de la tragedia atómica de 1945.
Un proyecto motivado por la historia y la experiencia personal de Cameron
Cameron explicó en una entrevista con Rolling Stone que su motivación nace de recuerdos personales. A los ocho años, durante la crisis de los misiles en Cuba, presenció cómo su padre se preparaba para una posible guerra nuclear. Además, la lectura en su adolescencia del libro Hiroshima, de John Hersey, marcó su visión sobre el poder destructivo del ser humano.
El director aseguró que este nuevo trabajo busca reflejar el impacto de la bomba desde la empatía y la memoria, dejando de lado debates políticos o militares. El objetivo, subrayó, es “mostrar la historia como la vivieron las víctimas”, no justificarla.
Pellegrino, autor de Fantasmas de Hiroshima y colaborador técnico en Titanic y Avatar, reconstruyó las historias de los sobrevivientes con un enfoque documental y humano.
Los rostros detrás de la tragedia nuclear de Hiroshima
Uno de los testimonios más relevantes para Cameron fue el de Tsutomu Yamaguchi, ingeniero de Mitsubishi que sobrevivió a ambos bombardeos: Hiroshima y Nagasaki. El director viajó a Japón para conocerlo en sus últimos días de vida y destacó su mensaje de perdón y humanidad.
También figura la historia de Kenshi Hirata, un joven que recogió los restos de su esposa en Hiroshima y sobrevivió después al segundo ataque. Estas narraciones conforman el corazón emocional del nuevo filme.
La película buscará reflejar el espíritu del concepto japonés “omoiyari”, que se traduce como empatía activa. Cameron destacó que el mayor reto será mostrar la devastación sin desensibilizar al público, sino despertando identificación.
Arte, conciencia y amenazas actuales
Cameron también abordó en la entrevista los desafíos actuales que, según él, amenazan a la humanidad: la proliferación nuclear, la crisis climática y la inteligencia artificial. Recordó que la tecnología debe tratarse con cautela, pues aunque es útil, también puede ser destructiva.
Citó el ejemplo de la energía nuclear: en sus inicios símbolo de progreso, pero que tuvo su primer impacto devastador con las bombas en Japón. En este contexto, Cameron defiende el rol del arte para generar conciencia y construir empatía colectiva.
Al cerrar, aseguró que la memoria histórica es clave para evitar errores del pasado. “El arte puede no solo entretener, sino ayudar a evolucionar como especie”, expresó Cameron.