Isaac y Nora, dos niños franceses que arrasan recuperando canciones latinas



Hace dos años una grabación improvisada de la habanera “Veinte años” los convirtió en un fenómeno viral, pero a diferencia de Buena Vista Social Club o María Teresa Vera, estos cantantes sólo tienen 10 y 13 años, corta edad a la que los franceses Isaac y Nora han sacado ya su primer disco.

Desde 2019, sus vídeos suman millones de vistas y tienen cerca de millón y medio de seguidores en Facebook, conquistados por la dulce voz de Nora, el sonido de trompeta de Isaac y el acompañamiento de su padre, Nicolas, quien les ha transmitido el amor por los clásicos de la música latina.

La última canción es “Hasta la raíz”, adaptación de la mexicana Natalia Lafourcade, publicada en un videoclip este miércoles, que supone una introducción más moderna en un repertorio plagado de homenajes a Violeta Parra, Julio Jaramillo, Facundo Cabral, Luis Demetrio, María Teresa y Agustín Lara o Manu Chao.

“Nuestra primera canción en español fue ‘Lágrimas Negras’. ‘Veinte años’ fue sólo un ensayo en el jardín, no la habíamos trabajado mucho. Después subimos el vídeo a Youtube y tuvo mucho éxito”, cuenta Nora, que acaba de celebrar sus 10 años, en una entrevista con EFE.

Aunque no hablan español, lo han mejorado gracias a las canciones: “Miramos las letras, nos fijamos en cómo el cantante pronuncia y después intentamos hacerlo lo mejor posible”, dice Isaac.

Los chicos, que viven con sus padres, Nicolas y Catherine Restoin, en una casita de Quimper, al sur de Bretaña, han logrado emocionar a numerosos desconocidos de una cultura ajena a la suya con las melodías más significativas de la música latina.

Nicolas, nacido en Corea del Sur, fue adoptado con cuatro años por una pareja de franceses, no guarda relación con su país natal y confiesa que le atrae de esta música su melodía, su alegría y el buen rollo que transmite.

“Nos preguntan mucho por qué cantamos canciones latinas, es como si le preguntas a alguien que no es asiático por qué come sushi todo el día, ¡pues porque les gusta!”, dice Nicolas, cuyo papel en el dúo es acompañar a la guitarra mientras que Catherine graba y ambos eligen las canciones.

MÚSICOS PRECOCES

Isaac empezó a tocar la trompeta con siete años, cuando su padre y sus amigos se reunían para escuchar música y tocar, como buenos melómanos. Nora, con cuatro años, también quería participar y, a falta de instrumento, le propusieron cantar.

Ahora se tapa la cara con vergüenza cuando le ponen aquel vídeo en el que interpreta una canción popular judía y, con su párvula voz, hace carantoñas desde el primer plano.

“Creo que a la gente le gusta de nosotros nuestra naturalidad”, dice Nora.

Porque por mucha profesionalidad que hayan sumado en los últimos años, con grabaciones de estudio y colaboraciones con grupos consolidados como Fetén Fetén, sus decisiones estratégicas responden a la intuición y al ingenio con el que tratan de compensar sus carencias.

MANTENER LA INTIMIDAD

Este triunfo no ha cegado lo que fue desde el principio una forma de pasar un buen rato en familia: Catherine y Nicolas rechazaron la oleada de propuestas que siguió al éxito de ‘Veinte años’.

Grandes discográficas internacionales, programas de cazatalentos y televisión buscaron, sin respuesta, firmar contratos con ellos.

“Desconfiamos de la toxicidad del ‘star system’, sobre todo con los niños”, confiesa Nicolas, que tras grabar un disco por cuenta propia en 2020 para regalar como recuerdo familiar, aceptó el pasado verano una propuesta de la agencia musical Madame Vodevil, cuyo proyecto le pareció más afín.

Con ella acaban de publicar su primer álbum, “Latin & Love Studies”, once hits de la música latinoamericana, algunos de los cuales ya tienen una versión en videoclip, muestra de los pasos agigantados que han dado en tan solo un año.

Nicolas y Catherine tratan de excusarse ante los fans que aplauden haber dado a sus hijos una educación especial o haber puesto su atención en una música más tradicional.

“Somos padres normales y ellos son niños normales que cuando llegan del cole tienen ganas de jugar con las pantallas. Hemos querido que la música sea algo que disfruten y hagan de forma lúdica”, explica Nicolas.

En febrero de este año, viajaron por primera vez a Madrid, donde han pasado ya varias estancias para grabar canciones, y prevén hacer una pequeña gira en España y otra en América Latina el año que viene. Una buena ocasión, además, para perfeccionar su español.

Inmersos en la grabación de un segundo disco con canciones originales y en la preparación de su espectáculo, los niños hablan de sus gustos musicales.

Isaac es más tradicional, le atrae la música antigua, la rumba y el rock, mientras que Nora, admiradora de los grupos surcoreanos BTS y Blackpink (cuya lengua nadie habla en la familia), dice ser más moderna. EFE



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