Un terremoto de magnitud 8,8 registrado a las 18:24 de ayer (hora ecuatoriana) frente a la península de Kamchatka, en Rusia, ha provocado alertas de tsunami en países del Pacífico, incluyendo Japón, Filipinas, China, Canadá, Indonesia, Hawái y varias naciones de América del Sur como Ecuador, debido al riesgo de réplicas que podrían generar nuevos fenómenos destructivos.
El terremoto de Rusia, el más fuerte desde 2011
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el evento sísmico de Kamchatka (Rusia) se posiciona entre los diez más potentes registrados desde 1900, solo por detrás de catástrofes como el terremoto de Tohoku (Japón, 2011). Especialistas han confirmado que este sismo activó múltiples protocolos de emergencia, con algunas alertas ya levantadas, pero otras aún activas debido a la posibilidad de réplicas peligrosas.
El geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), Raúl Pérez, advirtió que un sismo de tal magnitud puede provocar réplicas de hasta 7,6 en la escala Richter. “Un terremoto de estas características tiene el potencial de generar tsunamis destructivos incluso con sus réplicas”, puntualizó en declaraciones a Europa Press.
Réplicas sísmicas: un riesgo aún latente
El director de la Red Sísmica Nacional de España, Juan Vicente Cantavella, sostuvo que las alertas actuales se mantienen “por precaución”, ya que aún no se descartan efectos impredecibles. “No se tiene certeza de lo que va a ocurrir, y por eso se mantienen algunas alertas activas en puntos del mundo con riesgo potencial”, explicó.
Cantavella detalló que, aunque los terremotos no se pueden predecir, los tsunamis sí pueden ser detectados con antelación. “Las olas viajan más lento que las ondas sísmicas. Por eso, a diferencia del sismo, hay tiempo para emitir alertas y proceder con evacuaciones”, aseguró.
Las olas de tsunami generadas por el evento en Rusia podrían tardar entre varios minutos y más de un día en alcanzar las zonas más alejadas, lo que brinda a las autoridades la posibilidad de activar sistemas de alerta temprana en las regiones costeras expuestas.
Sistemas de alerta y prevención en el Pacífico y otras regiones
Desde el devastador tsunami de Indonesia en 2004, se han implementado sistemas regionales de alerta en varias cuencas oceánicas, coordinados por la UNESCO, incluyendo los del océano Índico, el Caribe y el noreste atlántico, además del sistema nacional de cada país vulnerable.
No obstante, Pérez recordó que “es muy difícil decir al 100% que se está seguro frente a estos fenómenos. Son riesgos impredecibles, pero se trabaja en mejorar la preparación”.
El reciente sismo también provocó la erupción del volcán Kliuchevskoi, ubicado en la misma península rusa, lo que demuestra la alta actividad geológica de la zona. En 1952, esta región ya había sido epicentro de un sismo de magnitud 9, considerado uno de los más potentes del siglo XX.
Antecedentes históricos y vulnerabilidad sísmica en Rusia y otras regiones
Los expertos recordaron que la Península Ibérica sufrió en 1755 un gran terremoto que habría alcanzado una magnitud de hasta 9, causando un tsunami que afectó las costas de Andalucía y provocó entre 1.000 y 5.000 muertes, según distintas fuentes.
En ese contexto, los especialistas destacan la importancia de contar con protocolos de evacuación, campañas de educación pública y planificación urbana, especialmente en zonas costeras vulnerables a estos fenómenos.
El terremoto en Kamchatka ha reactivado la discusión sobre la vulnerabilidad global ante los tsunamis y la importancia de contar con sistemas de alerta eficaces. Aunque algunas alertas han sido levantadas, el riesgo persiste mientras se esperan posibles réplicas. Autoridades internacionales y centros sismológicos siguen monitoreando de cerca la situación para prevenir mayores tragedias.