Un estudio publicado en Neurology revela que la dieta MIND disminuye el riesgo de demencia. Investigadores del Rush University Medical Center, decidieron evaluar el impacto de la dieta en la salud cognitiva, en Estados Unidos, con datos de miles de participantes.

La dieta MIND, que combina elementos de las dietas mediterránea y DASH, prioriza alimentos como verduras de hoja verde, frutos secos, bayas, pescado y aceite de oliva. El estudio analizó a 1,644 participantes mayores de 60 años durante un promedio de 5.6 años. Los resultados muestran que quienes siguen esta dieta tienen un menor riesgo de deterioro cognitivo.

Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos según su adherencia a la dieta. Aquellos con mayor cumplimiento presentaron un 40% menos riesgo de desarrollar demencia en comparación con los de menor adherencia.

Metodología y hallazgos clave

El estudio, liderado por el Rush University Medical Center, utilizó datos del proyecto Memory and Aging Project. Los participantes completaron cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios y fueron evaluados anualmente para detectar signos de demencia. Los resultados se ajustaron por factores como edad, sexo y nivel educativo.

“La dieta MIND no solo protege el corazón, sino también el cerebro”. – Investigadores de Rush University, en Neurology

Los alimentos clave incluyen seis porciones semanales de verduras de hoja verde, una porción diaria de otros vegetales y dos porciones semanales de bayas. También se recomienda limitar el consumo de carnes rojas, dulces y alimentos fritos.

Contexto y relevancia

La demencia, que afecta a millones de personas globalmente, es una preocupación creciente en países con poblaciones envejecidas. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 55 millones de personas viven con demencia, y se esperan 78 millones para 2030. La dieta MIND se presenta como una estrategia preventiva accesible.

Estudios previos, como los realizados en 2015 por el mismo centro, ya vinculaban esta dieta con una ralentización del deterioro cognitivo. Este nuevo análisis refuerza esos hallazgos, destacando su impacto en la prevención de demencia.

Limitaciones y perspectivas futuras

Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que el estudio es observacional y no establece causalidad directa. Factores como el estilo de vida y la genética también influyen en el riesgo de demencia. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos beneficios en poblaciones diversas.

En Estados Unidos, otros estudios, como los de la Universidad de Harvard, han explorado dietas similares con resultados comparables. La dieta MIND destaca por su simplicidad y enfoque en alimentos accesibles.

La dieta MIND tiene enfoque preventivo accesible

Los autores del estudio enfatizan que adoptar la dieta MIND no requiere cambios drásticos. Pequeñas modificaciones, como aumentar el consumo de verduras y reducir alimentos procesados, pueden marcar la diferencia. Los participantes con resultados más positivos no seguían la dieta a la perfección, lo que sugiere que incluso una adherencia moderada es beneficiosa.

El impacto de esta investigación trasciende fronteras, ofreciendo una herramienta práctica para poblaciones en Latinoamérica y otras regiones. La dieta MIND se posiciona como una aliada en la lucha contra el deterioro cognitivo.