En una entrevista con Manavisión Plus, el doctor Carlos Intriago Solórzano, especialista en salud conversó sobre el el aumento de las enfermedades respiratorias como influenza, neumonía y tuberculosis en Manabí. Intriago señaló que el clima cálido y la contaminación incrementan los casos. El doctor advierte sobre los riesgos en esta época del año. Factores como el polvo y los vehículos agravan la situación. La transición entre verano e invierno dispara casos de resfríos y tos, especialmente en personas alérgicas y asmáticas.
Virus y bacterias en aumento
El virus de la influenza y el neumococo lideran las infecciones respiratorias en la región por los conocidos «cambios de clima». El doctor explico que, «el polvo y la polución favorecen agentes infecciosos como el virus de la influenza y el neumococo”. En zonas insalubres, la tuberculosis también aparece. Los diagnósticos dependen de hisopados, análisis bacteriológicos y estudios de sangre, métodos reforzados tras la gripe aviar (2007-2008) y el COVID-19 (2020-2022). En cárceles, el hacinamiento facilita la propagación. “La tuberculosis se transmite por gotitas en el aire, y el hacinamiento complica su control”, señala el doctor. Hace días, medios reportaron un brote de neumonía en centros penitenciarios.
En cárceles, la concientización es esencial. “El personal de salud y seguridad debe identificar síntomas rápido para aislar casos”, subraya Intriago. La comunicación constante entre médicos y pacientes mejora los resultados. Evitar la automedicación y acudir a controles médicos es fundamental. En Manabí, la combinación de contaminación, clima y hacinamiento
El tratamiento de la tuberculosis requiere cuatro medicamentos durante seis meses. La neumonía, si no mejora en siete días, necesita hospitalización con medicación endovenosa. La detección temprana es crucial para evitar complicaciones graves.
Secuelas del COVID-19
El COVID-19, aunque controlado en 2025, dejó secuelas. “El long COVID afecta al 60-70% de quienes estuvieron en terapia intensiva”, dice Intriago. Los problemas más comunes son arritmias cardíacas y fibrosis pulmonar, que pueden requerir oxígeno permanente. Adultos de 50 a 70 años fueron los más afectados, mientras que los niños tuvieron casos leves. “Los niños actuaron como transmisores, pero su COVID fue leve”, explica el especialista. Las vacunas ayudaron, pero las nuevas cepas del virus dificultaron la protección en algunos casos. Los efectos a largo plazo, como problemas cardiovasculares y pulmonares, aún se estudian.
Prevención para todos ante enfermedades respiratorias
La prevención es clave para reducir riesgos. “Recomendamos vacunas contra la influenza para niños y adultos mayores”, afirma Intriago. Los asmáticos y alérgicos son más vulnerables a complicaciones como broncoespasmo. Medicamentos como corticoides inhalados, salbutamol y antihistamínicos controlan síntomas. Probióticos y vitaminas fortalecen las defensas. Los remedios naturales, como tés, son populares entre adultos mayores, pero no sustituyen tratamientos médicos.
La entrevista completa puede visaulizarse en las plataformas oficiales de Manavisión.