El sector atunero de Ecuador, uno de los más importantes del país y líder mundial en exportación de atún, consume anualmente una cantidad significativa de diésel para sostener sus operaciones, tanto en la pesca como en el procesamiento. Según datos recopilados y estimaciones, se calcula que esta industria utiliza más de 38 millones de galones anualmente, una cifra que refleja su alta dependencia de combustibles fósiles y plantea retos en términos de sostenibilidad y costos operativos.
Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), indicó a diario El Universo, en junio del 2024, que el sector pesquero atunero nacional consume alrededor de 43 millones de galones de diésel al año, lo que representa aproximadamente el 2.8% del consumo total de diésel en el país.
Contexto de la industria atunera de Ecuador
Ecuador es el segundo mayor exportador de atún procesado del mundo, solo superado por Tailandia, y su flota atunera en el Océano Pacífico Oriental es la más grande de la región, con cerca de 116 embarcaciones de cerco operando principalmente desde el puerto de Manta.
En 2021, según datos de la CNP y el Instituto Público de Investigación de Acuacultura y Pesca (IPIAP), las embarcaciones ecuatorianas capturaron 288.612 toneladas de atún, de las cuales el 85% provinieron de aguas internacionales. Además, el país procesa alrededor de 500.000 toneladas de atún al año, de las cuales aproximadamente el 50% son importadas para su procesamiento y reexportación.
Consumo de diésel en la pesca de atún
El diésel es un componente crítico para las operaciones de la flota atunera, representando entre el 30% y el 75% de los costos operativos anuales, según estudios sobre pesquerías de atún tropical a nivel global. Las embarcaciones de cerco, que son las más utilizadas en Ecuador, consumen grandes cantidades de combustible debido a la intensidad de sus actividades, que incluyen la búsqueda de bancos de atún, el uso de dispositivos agregadores de peces (FADs) y los desplazamientos en alta mar.
Un estudio publicado en la base de datos ScienceDirect sobre pesquerías de atún tropical indica que las flotas de cerco consumen en promedio 1.069 litros de diésel por tonelada de atún capturada en comparación con otras técnicas como la pesca de línea o palangre. Aplicando esta métrica a las 288.612 toneladas capturadas por la flota ecuatoriana en 2021, se estima que el consumo de diésel solo en actividades de pesca ronda los 308 millones de litros, equivalentes a aproximadamente 81.5 millones de galones. Sin embargo, esta cifra puede variar dependiendo de las estrategias de pesca, ya que el uso de FADs tiende a ser más eficiente en consumo de combustible en comparación con la pesca en bancos libres (FSC).
Adicionalmente, la flota ecuatoriana opera en aguas internacionales, lo que implica trayectos más largos y un mayor consumo de combustible. La antigüedad promedio de las embarcaciones, de unos 38 años en 2015, también contribuye a una menor eficiencia energética, incrementando el uso de diésel.
Procesamiento y otras actividades
Impacto económico y ambiental
El consumo masivo de diésel no solo tiene implicaciones económicas, sino también ambientales. Según estimaciones globales, las pesquerías de atún de cerco emiten alrededor de 3.14 millones de toneladas de CO2 anuales debido al uso de combustibles fósiles. En el caso de Ecuador, la huella de carbono del sector atunero es significativa, lo que ha llevado a un creciente interés en tecnologías más eficientes y fuentes de energía alternativas.
A medida que el sector atunero ecuatoriano busca mantener su liderazgo global, con exportaciones que generan cerca de 1.700 millones de dólares anuales, la transición hacia prácticas más sostenibles y la reducción del consumo de diésel serán cruciales para enfrentar los desafíos climáticos y económicos.