El ministro del Interior de Ecuador, John Reimberg, dio un anuncio crucial para la seguridad en las cárceles del país.
El Gobierno nacional impulsará una reestructuración total del sistema penitenciario, con la incorporación de 10.000 policías y militares en servicio pasivo.
Esta medida busca fortalecer el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI), que recientemente pasó a depender del Ministerio del Interior.
Actualmente, la seguridad en las 35 cárceles ecuatorianas se divide entre tres cuerpos: policías custodian los exteriores, militares están dentro y guías penitenciarios civiles controlan los pabellones sin acceso a armas letales. El ministro anunció un cambio que apunta a unificar la administración de la seguridad en cada centro penitenciario.
Nuevo modelo de seguridad en las cárceles de Ecuador
John Reimberg explicó que este sistema fragmentado se sustituirá por un modelo en el que una sola institución, ya sea la Policía Nacional o las Fuerzas Armadas, asuma la responsabilidad total en ciertos centros penitenciarios. La coordinación con el SNAI seguirá siendo vital para garantizar el orden y control dentro de las cárceles.
El ministro aclaró que busca dividir las cárceles entre las dos instituciones: algunas bajo mando de las Fuerzas Armadas y otras bajo la Policía Nacional. Cada una se encargará del control perimetral, los filtros de ingreso y la seguridad interna, con una definición de responsabilidades que se espera en uno o dos meses.
Incorporación masiva de exmilitares y policías al sistema
Reimberg admitió que el SNAI no tiene capacidad operativa para manejar el sistema penitenciario solo, por lo que planean vincular a militares y policías en servicio pasivo.
Calcula que la incorporación superará las 10.000 personas, fortaleciendo significativamente la capacidad humana para la seguridad carcelaria.
Asimismo, el Gobierno trabaja para garantizar que estos exuniformados mantengan el 100% de su pensión y reciban un salario adicional por su nuevo empleo, lo que implicará modificaciones legales. Esta estrategia liberará a los efectivos activos, quienes actualmente custodian cárceles, para que retornen a sus funciones en la seguridad ciudadana.
Enfoque en cárceles más conflictivas
El plan de contratación y reestructuración se enfocará, especialmente, en los centros penitenciarios más conflictivos, donde operan mafias y redes de crimen organizado. La transformación busca ocupar un espacio crítico en la lucha contra la violencia, masacres y fugas que han afectado gravemente el sistema.
El ministro del Interior reiteró la urgencia y necesidad del cambio, destacando que esta propuesta representa una solución estructural y no solo operativa. El objetivo final consiste en recuperar el control y garantizar una administración más eficaz y segura en las cárceles ecuatorianas.