En Ecuador y países latinos, miles de personas buscan desparasitarse o purgarse anualmente para «mejorar su salud», pero estos procesos, realizados en hogares o clínicas, difieren en propósito y aplicación.
La confusión entre ambos términos persiste, lo que lleva a prácticas inadecuadas. Este artículo explica sus diferencias y recomendaciones basadas en fuentes médicas verificadas.
¿Qué es desparasitarse?
Desparasitarse implica la administración de medicamentos antiparasitarios para eliminar parásitos intestinales, como lombrices o protozoarios, del organismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.000 millones de personas en el mundo están infectadas por parásitos, especialmente en regiones tropicales como Ecuador. Los medicamentos, como el albendazol o mebendazol, son recetados por médicos tras un diagnóstico, que puede incluir análisis de heces.
La desparasitación se recomienda cada 6 a 12 meses en áreas de alta prevalencia, pero no debe realizarse sin supervisión médica. Los síntomas de parasitosis incluyen dolor abdominal, diarrea o fatiga, aunque muchas veces son asintomáticos, lo que complica su detección sin estudios.
En varios países el sector salud promueve campañas de desparasitación. Además, se realizan en comunidades vulnerables, distribuyendo medicamentos gratuitos para niños y adultos.
¿Qué es purgarse?
Purgarse consiste en el uso de laxantes o sustancias para inducir la evacuación intestinal, eliminando toxinas o residuos acumulados. Este proceso no está diseñado para combatir parásitos, sino para aliviar estreñimiento o preparar al cuerpo para procedimientos médicos, como colonoscopias. Los laxantes más comunes incluyen bisacodilo o soluciones salinas, pero su uso excesivo puede causar deshidratación o desequilibrios electrolíticos.
La OMS advierte que las purgas caseras, como tés o remedios herbales, pueden ser riesgosas sin supervisión médica. No existen evidencias científicas que respalden la purga como método para “limpiar” el cuerpo de forma general.
Principales diferencias
La desparasitación tiene un enfoque médico específico: eliminar parásitos mediante fármacos antiparasitarios. La purga, en cambio, busca vaciar el intestino, sin efecto sobre infecciones parasitarias. Mientras que la desparasitación requiere diagnóstico, la purga puede ser un tratamiento sintomático, pero ambos deben ser supervisados por profesionales.
Recomendaciones médicas
La OMS recomiendan desparasitarse solo bajo prescripción médica, especialmente en niños y mujeres embarazadas. La automedicación puede provocar efectos secundarios como náuseas o daño hepático. Para la purga, se aconseja limitar su uso a casos específicos, como estreñimiento diagnosticado, y evitar productos no regulados.
Solo en México, 8 de cada 10 personas han usado laxantes sin receta, según un estudio de la UNAM, lo que aumenta los riesgos de complicaciones. Los médicos enfatizan la importancia de una dieta rica en fibra y la hidratación para mantener la salud intestinal, en lugar de recurrir a purgas frecuentes.
La prevención como clave
La prevalencia de parásitos está ligada a condiciones como falta de saneamiento y consumo de agua no potable. La desparasitación reduce la incidencia de parasitosis en las personas. Por otro lado, la popularidad de las purgas responde a creencias culturales sobre la “limpieza” del cuerpo, aunque carecen de respaldo científico.
Para prevenir parasitosis, se recomienda lavar frutas y verduras, hervir agua y mantener hábitos de higiene. Consultar a un médico antes de cualquier tratamiento es clave para evitar riesgos.