Un osezno negro fue rescatado en el Bosque Nacional Los Padres, en el sur de California, por la Sociedad Protectora de Animales de San Diego, que ahora busca criarlo sin apego humano para que pueda volver a la naturaleza.
Rescate de un osezno vulnerable
El 12 de abril de 2025, campistas encontraron al osezno negro en el bosque. Estaba solo, débil y desnutrido, con apenas tres libras de peso.
El Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California intentó que se reuniera con otros de su especie, pero tras días de vigilancia sin éxito, se determinó que no sobreviviría por sí mismo. Su madre nunca apareció.
El cachorro fue trasladado al Centro de Vida Silvestre Ramona, una instalación de cinco hectáreas de la Sociedad Protectora de Animales de San Diego, ubicada en Ramona, California. Desde entonces, un equipo liderado por Autumn Welch, gerente de operaciones de vida silvestre, lo cuida con protocolos estrictos para garantizar su reintegración a la naturaleza.
Cuidadores disfrazados para evitar apego
Cada día, los cuidadores se disfrazan con abrigos de piel, guantes y máscaras de oso antes de interactuar con el osezno. Además, se frotan con heno impregnado con olor de oso, proveniente de un santuario local, para simular la presencia de su especie. Este método busca evitar que el animal asocie a los humanos con afecto o alimento.
Autumn Welch explicó que el osezno los percibe como hermanos, jugando con ellos y aceptando hierba y flores silvestres. Si se acerca demasiado, lo redirigen hacia juguetes o elementos naturales, como ramas con bellotas. También imitan sonidos de osos para mantener la interacción lo más natural posible. “Nunca nos ve como humanos. No queremos que nos toque la piel para nada”, explicó Welch en una entrevista con The Washington Post.
Un entorno diseñado para el entrenamiento del osezno
El osezno vive en un recinto con un oso de peluche gigante, al que acude cuando siente miedo o quiere dormir. Este peluche, apodado “Mama”, mide más de un metro y actúa como una madre sustituta. El espacio incluye heno con olor a oso y plantas nativas para simular su hábitat natural.
En mayo pasado, el osezno alcanzó un hito al aprender a excavar en busca de gusanos, un comportamiento típico de osos salvajes. También se le ha visto dormir en ramas, lo que indica avances en su adaptación.
El equipo espera liberarlo en aproximadamente un año, tras cumplir 16-17 meses bajo cuidado, periodo clave para aprender a sobrevivir en la naturaleza.
Contexto y técnicas innovadoras
La técnica de cuidado disfrazado es reciente y no tiene estudios concluyentes, pero ha mostrado resultados. En Ramona, el centro ha criado con éxito a tres cachorros de coyote usando máscaras, liberándolos después a la naturaleza. Actualmente, acumulan máscaras de animales para futuros rescates.
Según Spencer Peter, biólogo del Centro del Oso de Norteamérica en Minnesota, replicar el aprendizaje que un osezno recibe de su madre es un desafío que requiere tiempo y recursos. En California, los osos negros adultos pueden pesar hasta 227 kilogramos, lo que destaca la importancia de preparar al cachorro para su vida salvaje.