Luzgardo M., un curandero de Loja, fue sentenciado a 34 años y 6 meses de prisión por el delito de pornografía con utilización de niños, niñas o adolescentes. Esto tras ser sorprendido el 30 de julio de 2025 en el parque Bolívar, centro de Loja, viendo contenido sexual con menores.
La Fiscalía demostró su culpabilidad con pruebas contundentes.El caso que ha conmocionado a la ciudad de Loja se desencadenó en el céntrico parque Bolívar, un espacio frecuentado por familias y visitantes. Ciudadanos alertaron a la Policía Nacional tras observar a Luzgardo M., un hombre conocido en la comunidad por su actividad como médico ancestral, manipulando su teléfono móvil para visualizar videos de contenido pornográfico que involucraban a personas menores de edad.
La rápida intervención de los agentes permitió su aprehensión en delito flagrante. Al revisar los dispositivos del sospechoso, los agentes encontraron evidencia alarmante: más de 400 fotografías y videos de pornografía con menores.
El hallazgo
Este hallazgo marcó el inicio de una investigación exhaustiva liderada por la Fiscalía, que solicitó inmediatamente la prisión preventiva del acusado. Medida que la concedió por un juez de garantías penales. La detención ocurrió en un contexto de alta concurrencia en el parque, lo que incrementó la indignación ciudadana. La acción coordinada entre los denunciantes y las autoridades fue clave para evitar que el caso de pornografía no quedara impune.
Durante la audiencia de juicio, la Fiscalía presentó un sólido conjunto de pruebas que dejaron pocas dudas sobre la responsabilidad de Luzgardo M. Entre los elementos probatorios destacaron los testimonios de los agentes aprehensores, quienes relataron cómo sorprendieron al acusado en el parque Bolívar. Además, un informe de reconocimiento del lugar de los hechos corroboró los detalles de la detención por pornografía.
Pericias por pornografía
La pericia de extracción de información de los teléfonos celulares del procesado fue determinante: los dispositivos contenían más de 400 archivos de pornografía con menores. Otro elemento crucial fue el testimonio anticipado de una niña, quien afirmó haber sido víctima del acusado. Según su declaración, Luzgardo M., aprovechaba su rol como curandero para tomar fotografías durante las consultas que ofrecía, abusando de la confianza depositada en él.
La investigación también incluyó una valoración psicológica de la víctima que presentó la denuncia, aunque se estima que podría haber más víctimas que no participaron en el proceso penal. Peritajes de identidad humana y cotejamiento de voces reforzaron las pruebas, consolidando la acusación.
Curandero acusado de pornografía infantil
Luzgardo M., operaba bajo la fachada de médico ancestral o chamán, una actividad que le otorgaba cierta influencia en la comunidad. Documentos presentados en el juicio por pornografía acreditaron que esta era su principal actividad económica, lo que le permitía interactuar con personas en situación de vulnerabilidad, incluidas familias con menores de edad.
La Fiscalía señaló que el acusado utilizaba su posición para cometer los delitos, lo que agravó la percepción de su conducta. La comunidad de Loja, conocida por su riqueza cultural y tradiciones andinas, ha expresado consternación ante el caso, ya que la figura del curandero es respetada en la región. Este incidente por pornografía ha generado un debate sobre la necesidad de regular actividades que impliquen contacto directo con menores en contextos no supervisados.