Johann Vera no solo canta para llenar escenarios: compone y produce temas que nacen de vivencias personales, aunque eso signifique perder campañas publicitarias o no recibir un dólar de regalías. Así lo ha demostrado en su más reciente trabajo musical, donde se atreve a contar su historia más íntima, aunque esto le cueste sanciones de plataformas, marcas que se alejan y restricciones en televisión. El cantante abrió su corazón en una entrevista con diario EXTRA, detallando los obstáculos que ha atravesado al querer contar su historia a través de la música.
Dos canciones conectadas por la misma historia
“Aquí hay algo” y “Simplemente amigos” nacen de la misma experiencia real que vivió el cantante ecuatoriano. Primero sintió una conexión fuerte con alguien y, tras atreverse a preguntar si el sentimiento era mutuo, recibió una negativa. De ahí surgió la idea de hacer dos canciones: una que capture el inicio ilusionado (Aquí hay algo) y otra que asuma con nostalgia que solo pudieron ser amigos (Simplemente amigos).
En ambos videoclips, Vera aparece junto a otro hombre, mostrando con delicadeza una historia de amor genuino. “Quise grabar algo que yo mismo habría querido ver de pequeño: una conexión sincera, sin exagerar ni sexualizarla”, explica.
Johann Vera rinde homenaje sin beneficio económico
El tema Simplemente amigos es un cover de la icónica canción de Ana Gabriel, una balada que muchos en la comunidad LGBTIQ+ han sentido propia durante décadas. Vera asegura que lo grabó sin intención de cambiar una sola palabra del texto original, precisamente por respeto a la canción y a su autora.
“Sabía que, por tratarse de un cover, no recibiría ni un centavo en regalías. Pero quería hacerlo igual. Es como un homenaje y siento que conecta con quienes lo necesitan escuchar”, explica. En sus palabras, la música no es solo un negocio, sino una forma de sanar y compartir historias que otros tal vez callan.
Obstáculos, censura y marcas que se retiran
A pesar del apoyo de sus seguidores, Vera no esconde que el camino no ha sido sencillo. Desde que se mostró abiertamente gay en Clóset y ahora con estos nuevos proyectos, ha enfrentado cancelaciones de campañas, restricciones en plataformas digitales y hasta censura en televisión.
“Se me cayó una campaña porque salió el video y no le gustó a la marca”, relata. Incluso, cuenta que cuando iba a presentar Simplemente amigos en Telemundo durante la administración de Donald Trump, le pidieron cambiar la coreografía y añadir más bailarines para disimular la historia de dos hombres.
YouTube también ha limitado la promoción del video, impidiendo que entre en playlists o recomendaciones. “Pero al final, lo importante es que la canción llegue a quien realmente la necesita”, asegura Vera.
Vera apuesta por música honesta, aunque no sea para multitudes
Frente a estas trabas, Johann Vera no piensa rendirse. Su proyecto musical, reconoce, se ha vuelto “más de nicho”, pensado para quienes se sientan reflejados o inspirados. “No hago música por dinero ni para multitudes. Hago música para contar lo que siento, para quien lo necesita escuchar”, dice.
Incluso admite que recibe mensajes de odio o religiosos: “Me dicen que Dios me va a castigar, pero al menos sé que están viendo mi trabajo. Tal vez si lo ven más veces, terminen entendiéndolo”.
Una historia real detrás de cada letra
Sobre su personalidad, Johann Vera confiesa ser algo intenso cuando se enamora, pero aclara que solo ha sentido algo tan fuerte un par de veces en su vida. “Me lancé a preguntar si lo sentía también, y me dijeron que no. Así quedó solo en una amistad, pero fue real”.
Este proyecto marca un nuevo paso para Vera, que combina música con activismo silencioso: mostrar amores reales, sin etiquetas y sin miedo. Aunque no le deje ganancias ni grandes contratos, siente que vale la pena.
“Lo hago porque me nace, porque resuena conmigo. Al final, nada importa en verdad”, resume. Y con esa misma convicción, Johann Vera continúa escribiendo canciones que rompen barreras y acompañan a quienes también buscan verse reflejados.