La tarde del sábado 26 de julio, en la cooperativa Patria Nueva de Santo Domingo de los Tsáchilas, un doble sicariato expuso más que dos crímenes: detrás de las víctimas, que visitaban una vivienda en el sector, fue descubierta una clínica de rehabilitación clandestina. Autoridades informaron que 56 personas vivían encerradas bajo candado, en condiciones precarias, insalubres y sin autorización sanitaria.
Un doble crimen condujo al hallazgo de un centro inhumano
El ataque armado ocurrió pasadas las 15:00, en una zona considerada conflictiva, lo que obligó a la movilización de unidades tácticas de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas. Las víctimas resultaron asesinadas en la calle. Pero al llegar al lugar, las autoridades descubrieron la clínica de rehabilitación clandestina.
El establecimiento operaba sin permisos ni control. En su interior, según la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (ACESS), había 56 personas privadas de libertad: 43 hombres adultos, nueve mujeres, tres menores de edad y una adolescente.
Los internos estaban encerrados con candados en habitaciones sin ventilación, ventanas con rejas y baños en condiciones deplorables. Algunos mostraban signos de enfermedades infecciosas y otros padecían patologías psiquiátricas sin tratamiento.
Enfermedades, encierro y objetos de castigo
Las condiciones eran alarmantes. El lugar no tenía acceso a agua potable, y los internos usaban agua de pozo para su aseo. Muchos presentaban escabiosis (sarna), llagas visibles y señales de desnutrición. Se hallaron alimentos en descomposición, plagas de cucarachas, basura acumulada y olores fétidos.
Durante la inspección se encontraron catéteres, sueros intravenosos y supuestas fichas clínicas falsificadas. Todo esto sin supervisión médica. También se hallaron objetos como bates, palos, un machete y ropa tipo militar, que se presume eran utilizados para castigar a los pacientes.
La ACESS advirtió que no existía ningún protocolo médico, ni atención profesional. Los internos estaban completamente aislados del exterior y sin posibilidades de salir por sus medios.
Clínica de rehabilitación clandestina con graves violaciones
Este hallazgo, según la ACESS, evidencia una grave violación a los derechos humanos, al mantener a personas en condiciones contrarias a toda norma sanitaria, ética y legal. La clínica de rehabilitación clandestina operaba sin autorización, sin registro, ni personal médico calificado.
El Ministerio de Salud Pública intervino para atender médicamente a los internos, mientras la Policía y la Dinapen canalizaron la restitución de derechos de los menores. La clínica de rehabilitación clandestina quedó clausurada de forma inmediata. La existencia de estas clínicas ilegales no es nueva. ACESS ha clausurado varios establecimientos similares en el país. Muchos de ellos funcionan como centros de internamiento forzado, sin condiciones mínimas y con una fachada de tratamiento. La relación entre el doble asesinato y la clínica de rehabilitación clandestina aún se investiga (31).