Asociación impulsa nuevo Proyecto de Ley de Salud Mental en Ecuador



La manifestación de problemas de salud mental asociados al distanciamiento social, el teletrabajo, desempleo y otros cambios sociales impuestos por la pandemia volvieron a la Ley de Salud Mental una tarea que se debe tratar de “forma urgente”, asegura la Asociación de Psiquiatría de Ecuador.

Impulsora del nuevo Proyecto de Ley de Salud Mental, expertos del núcleo de la provincia de Pichincha de esa asociación opinan que el mayor reto es construir una propuesta que sea integral y técnica.

Estos expertos elaboraron un proyecto que actualmente revisa un equipo técnico de la Defensoría del Pueblo, organismo que auspiciará esta propuesta, quienes, a su vez, explican que en la Asamblea Nacional se han analizado tres proyectos en los últimos años, en los que se han detectado “vacíos” y “flaquezas”.

Para Juan Ayala, presidente del directorio de la Asociación Ecuatoriana de Psiquiatría, la Ley de Salud Mental ha sido una aspiración largamente esperada por pacientes, familiares y profesionales, y por ello considera que se deben crear políticas y normas que garanticen el ejercicio de esta compleja área.

“Es indispensable una ley que norme y regule muchos aspectos del proceso de atención en salud mental, que defina un modelo de atención y diversos aspectos conexos, como formación e investigación en este campo”, agregó al señalar que Ecuador es uno de los pocos países de la región que carece de legislación en este sector.

EJES FUNDAMENTALES

Fuentes del sector indicaron este lunes a Efe que el eje fundamental del proyecto que impulsa la Asociación Ecuatoriana de Psiquiatría es la defensa y respecto a los derechos humanos de quienes tienen padecimientos mentales.

Eso implica una defensa al derecho a la mejor atención posible, la libertad de elegir este tratamiento, a recibir información detallada sobre los procedimientos y consecuencias.

Un segundo eje es institucionalizar un modelo de atención de salud mental comunitario.

La meta es lograr un abordaje integral que implica promoción, prevenciones comunitarias, así como atención desde el nivel primario hasta el de especialidad.

En esta visión también están temas relativos a la rehabilitación y reinserción de personas con padecimientos de salud mental.

COMITÉS DE ÉTICA

Uno de los aspectos al que la Asociación de Psiquiatría le da gran importancia tiene que ver con la atención, que, según el Psiquiatra Pablo Jiménez, debe ser la mejor y más integral posible.

Explica que el plan es trabajar con Comités de Bioética a nivel general y particular en centros e instituciones de atención.

La propuesta apunta a que sean organismos interdisciplinarios que encarnen el humanismo técnico que se requiere para la aprobación de protocolos, que favorezcan integralmente el tratamiento más humano y con mayor evidencia científica.

Jiménez sostiene que el objetivo del proyecto no es generar más hospitales públicos de especialidad, sino un proceso de abordaje comunitario, promoción de los aspectos de salud mental comunitaria en los territorios.

Eso implica la implementación de servicios de atención en Salud Mental en el nivel primario, en hospitales generales, en centros de vivienda y protección para personas con padecimientos crónicos que favorezcan su autonomía, entre otros servicios.

LUCHA POR PRESUPUESTO

Actualmente, el área de salud mental recibe menos del 1% del presupuesto anual de Salud en Ecuador, según fuentes del sector.

“En los últimos 20 años la Salud Mental ha recibido entre el 0,44% al 1,1% del presupuesto asignado a la Salud y ha ido perdiendo jerarquía institucional, pasando de ser una Dirección a una Gerencia de Proyecto”, indican.

Entre el “60 % al 89 % de esos recursos se destinan a la atención hospitalaria de especialidad, dejando nada para el resto de proyectos de Salud Mental Comunitaria”, apuntan los representantes de la Asociación Ecuatoriana de Psiquiatría, al señalar que hay una “desatención crónica” para la salud mental. EFE



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