Durante varios días, el nombre de Alejandro Kenig, hijo de la reconocida presentadora Marián Sabaté, acaparó titulares y encendió las alarmas en la farándula ecuatoriana. Todo empezó cuando la propia ‘Reina de la prensa rosa’ reveló públicamente su preocupación por el estado de salud de su hijo, llegando a mencionar que lo que más le angustiaba era la posibilidad de que se tratara de leucemia.
Estas declaraciones generaron un aluvión de comentarios, teorías y especulaciones sobre una posible enfermedad grave. Sin embargo, ha sido el propio Alejandro Kenig quien decidió poner fin a los rumores y aclarar lo que realmente ocurre. A través de un video en vivo en sus redes sociales, el joven fue enfático: “No tengo leucemia, tengo las defensas bajas. Me hicieron todos los exámenes y no tengo nada grave. Probablemente es una deficiencia, una vitamina… tengo la B12 baja. No tengo leucemia, lupus, no me voy a morir, que yo sepa”.
No se trata de una enfermedad terminal
Con un tono sereno pero directo, Kenig explicó que su malestar está más relacionado con un sistema inmunológico debilitado, posiblemente a causa de la baja de vitamina B12, y no con una enfermedad crónica o terminal como muchos llegaron a insinuar. Aprovechó además para cuestionar la calidad de la atención médica en Ecuador, señalando que tiene antecedentes familiares que lo hacen sentir desconfianza: “Un familiar mío murió de cáncer aquí. Otra se salvó porque se fue a España a tiempo”.
El origen de la polémica
La controversia surgió el pasado 11 de julio, cuando Marián Sabaté, visiblemente preocupada, habló del tema en el programa Los hackers del espectáculo. “Lo que más preocupa es una leucemia”, dijo entonces, haciendo que la noticia se propagara rápidamente en medios y redes sociales. Sabaté explicó que su hijo estaba bajo estudios médicos desde hacía semanas y que había recibido antibióticos de amplio espectro, aunque sin resultados definitivos.
Este ambiente de incertidumbre dio pie a que la salud de Kenig fuera tema de conversación durante días, hasta que él mismo decidió aclararlo. “Si no lo digo yo, no lo crean”, subrayó el joven, dejando claro que cualquier versión que no provenga directamente de él no tiene sustento.
Alejandro Kenig cierra el capítulo de rumores
Con estas declaraciones, Alejandro Kenig busca calmar a su familia, amigos y seguidores que se preocuparon por su estado de salud. Si bien aún sigue en estudios para determinar el tratamiento adecuado, su mensaje es optimista: “Sigo aquí”. Insistió en que, de momento, todo apunta a que se trata de un problema por deficiencia vitamínica, especialmente de vitamina B12, y bajas defensas.
Así, tras semanas de rumores, el hijo de Marián Sabaté deja claro que su situación no es grave y que continuará compartiendo las actualizaciones sobre su salud solo de forma directa. Por ahora, su prioridad es recuperarse plenamente y retomar su vida habitual, lejos de los titulares alarmistas.