La NASA captó el 28 de julio de 2025 al asteroide cercano a la Tierra 2025 OW durante su aproximación a nuestro planeta, apenas 21 días después de haber sido descubierto por el telescopio Pan-STARRS2 en Hawái. El objeto pasó a una distancia de 640.000 kilómetros, equivalente a 1,6 veces la distancia entre la Tierra y la Luna, y fue seguido mediante 41 imágenes del radar del sistema Goldstone Solar System Radar, parte de la Red de Espacio Profundo de la NASA.
Un hallazgo reciente con observaciones detalladas
El asteroide 2025 OW fue descubierto el 4 de julio de 2025, y su trayectoria fue rápidamente objeto de análisis por parte de los centros de monitoreo de cuerpos celestes cercanos a la Tierra. Su paso fue registrado desde el radar de Goldstone, en California, especializado en observaciones de alta precisión para objetos espaciales.
Las imágenes permitieron calcular que el asteroide mide unos 60 metros de diámetro y tiene una forma irregular. Uno de los aspectos más llamativos fue su velocidad de rotación: se estima que completa un giro cada 1,5 a 3 minutos, lo que lo sitúa entre los asteroides de rotación más rápida detectados hasta la fecha por el sistema de radar de Goldstone.
El radar también logró capturar detalles superficiales del objeto de hasta 3,75 metros de ancho, lo que proporciona información relevante sobre su estructura física y dinámica.
¿Cómo el asteroide puede girar tan rápido?
La velocidad de rotación del 2025 OW podría explicarse mediante el efecto YORP, un fenómeno causado por la absorción desigual de luz solar en la superficie del asteroide. Este efecto se produce cuando los fotones que inciden sobre el cuerpo celeste ejercen un torque leve pero constante que, a lo largo del tiempo, incrementa su velocidad de giro.
Generalmente, los asteroides que giran rápidamente corren el riesgo de fragmentarse si están compuestos por escombros sueltos. Sin embargo, en este caso, la rápida rotación sugiere que el 2025 OW podría ser un objeto rocoso sólido, capaz de resistir las fuerzas centrífugas provocadas por su propio movimiento.
Estas observaciones ayudan a entender mejor las características físicas de los objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés), especialmente aquellos con rotaciones extremas o trayectorias potencialmente peligrosas.
Importancia científica y seguridad planetaria
Uno de los aportes más relevantes del seguimiento del 2025 OW es la posibilidad de refinar los cálculos de su órbita. Las mediciones del radar han reducido las incertidumbres sobre su trayectoria, permitiendo predecir su movimiento futuro durante muchas décadas con mayor precisión.
La NASA confirmó que esta será la aproximación más cercana del asteroide en el futuro previsible, descartando, por ahora, cualquier riesgo de impacto con la Tierra. Sin embargo, el registro de estos eventos fortalece los protocolos de vigilancia espacial y prevención de riesgos astronómicos.
La Red de Espacio Profundo de la NASA, a través del radar de Goldstone, juega un papel esencial en la detección temprana de objetos potencialmente peligrosos, y en el análisis de su comportamiento orbital, rotacional y estructural. Este tipo de estudios también son claves para futuras misiones de exploración, desviación o estudio de asteroides.
Una ventana al conocimiento del sistema solar
El paso de 2025 OW ofrece una oportunidad científica valiosa para mejorar la comprensión de los pequeños cuerpos del sistema solar. Los asteroides de tamaño medio como este son restos de la formación temprana de los planetas, y su análisis permite conocer más sobre la evolución del entorno espacial.
Además, las capacidades de radar como las de Goldstone demuestran cómo la tecnología puede visualizar y modelar objetos espaciales con gran precisión, incluso a distancias superiores a medio millón de kilómetros. Estos avances fortalecen las estrategias globales de monitoreo de asteroides y permiten a los científicos planificar futuras misiones con mayor exactitud.
Asteroide y su paso por la tierra
El asteroide 2025 OW, descubierto a inicios de julio y observado en su paso más cercano a la Tierra el 28 del mismo mes, ha brindado información clave sobre su estructura y movimiento. Gracias a los sistemas de radar de la NASA, fue posible captar su rápida rotación y confirmar que no representa una amenaza para el planeta. Este evento subraya la importancia de los sistemas de observación espacial para la ciencia planetaria y la seguridad global.