La ciudad de Santo Domingo presenció la erección del Obelisco de la Permanencia, un monumento de 20 metros de altura donado por la Escuela de Filosofía Nueva Acrópolis para celebrar sus 40 años de actividad en Ecuador. Ubicado en la zona rosa, sobre la calle Héctor Aguavil, el obelisco busca representar la conexión entre los principios filosóficos y la vida cotidiana. La autorización para su construcción fue otorgada por el alcalde Wilson Erazo, quien facilitó el espacio físico.
El terreno escogido para la obra
El «Obelisco de la Permanencia» se alza en una explanada que se integrará al futuro centro administrativo y al proyecto del Mall Santo Domingo. Gabriel Villalba, director local de Nueva Acrópolis, señaló que este monumento conmemora cuatro décadas de labor continua de la organización en el país, financiada por sus miembros. Nueva Acrópolis tiene presencia en ocho ciudades ecuatorianas y a nivel internacional.
La iniciativa de este obelisco surgió como una forma tangible de celebrar el aniversario de la organización y dejar una marca significativa en la ciudad. Villalba enfatizó la centralidad de la formación filosófica en Nueva Acrópolis y cómo el monumento busca simbolizar la unión entre los principios elevados y la realidad humana. La construcción se realizó con los aportes voluntarios de los miembros de la escuela a nivel nacional, destacando su carácter de donación simbólica.
El obelisco, un símbolo de conexión entre lo ideal y lo terrenal
El diseño del obelisco se inspira en las construcciones egipcias antiguas, buscando transmitir un mensaje trascendente. Villalba explicó que diversas culturas han utilizado históricamente este tipo de estructura como un símbolo de la conexión entre el cielo y la tierra. El obelisco representa el anhelo humano por alcanzar ideales como la justicia, la belleza, la verdad y la bondad, actuando como un «puente entre lo divino y lo humano».
La estética del monumento se caracteriza por su sobriedad y elegancia, coronado por un piramidón de bronce que contrasta con el color del cuerpo del obelisco. En su cara este se instaló una placa conmemorativa, orientada hacia la futura plaza que se construirá al sur de la explanada. Este espacio público forma parte de un proyecto de desarrollo más amplio en la zona, que incluye el nuevo mercado, el centro comercial y una plataforma administrativa.
Aunque el municipio de Santo Domingo colaboró con la asignación del terreno y el apoyo institucional, Nueva Acrópolis financió y ejecutó la obra en su totalidad gracias a las contribuciones de sus miembros en todo el país. Se prevé terminar tanto el monumento como la plaza este año, coincidiendo con las celebraciones del 40.º aniversario. La construcción se realizó sin financiamiento externo, ya sea nacional o internacional.
Una minga nacional para levantar el obelisco
La edificación del Obelisco de la Permanencia fue posible gracias al esfuerzo conjunto de los miembros de Nueva Acrópolis a nivel nacional. El ingeniero a cargo del proyecto y su equipo técnico se trasladaron desde Ambato. Los cálculos estructurales fueron realizados por colaboradores de Guayaquil. Esta colaboración ejemplifica el espíritu de unidad y compromiso de la organización.
“Ha sido una verdadera minga de los acropolitanos del Ecuador. Cada quien ha aportado desde su lugar, su conocimiento, su tiempo, su esfuerzo”, remarcó Villalba.
Una vez concluida la obra, se llevará a cabo la inauguración con la participación de autoridades locales, miembros de Nueva Acrópolis de todo el país. Este evento formalizará la entrega del monumento a la ciudad de Santo Domingo.