En la oficina del Colegio de Ingenieros Civiles de Santo Domingo, el presidente de este gremio, Luis Aguilar, comparte una visión técnica sobre la situación de la construcción y la aprobación de planos estructurales.
Habla de temas claves como el convenio con el Municipio para revisar los planos, el rol del maestro de obra y los retos de edificar en una zona sísmica.
¿Cómo avanza el convenio con el Municipio para revisión de planos?
No es solo la revisión de planos estructurales. Vemos que cumplan con todas las normas ecuatorianas de la construcción para que, cuando se produzca un movimiento telúrico, la estructura, la casa, pueda soportar y no colapse en ese momento. Las familias deben entender que construir una casa no es solo una fachada bonita o colores bien distribuidos. El alma de esa casa es la estructura y la cimentación, que es la que soportará un movimiento telúrico.
«El alma de esa casa es la estructura y la cimentación».
¿Qué otras cosas revisan en planos estructurales?
El Ingeniero Civil es quien se encarga de los elementos estructurales: la cimentación, que no se ve porque está enterrada, y que debe cumplir ciertos requisitos de dimensiones y de hierro; también las columnas y la losa. Pero queremos ir más allá. No queremos que este servicio que brindamos a la comunidad quede ahí. Queremos que también ayude en la construcción propiamente dicha.
¿Se refiere a culturizar a las personas para que pidan asesoría experta?
El padre de familia que ya está decidido a hacer su casa, comúnmente ubica un maestro de obra. No estoy en contra de ellos, mis respetos para los compañeros de la construcción. Ellos son más bien nuestro brazo ejecutor en las obras, nos ayudan a sacarlas adelante. Pero, por no tener conocimientos técnicos y universitarios, no pueden emitir criterios con responsabilidad y fundamentos sobre planos estructurales.
¿Y qué suelen decir los maestros?
El maestro dice: a estos planos estructurales le han hecho de más. Mire cuánto hierro le han puesto. Esta cimentación está muy grande, reduzcámosla, usted va a gastar más dinero. Ese ahorro, entre comillas, no es un ahorro, créalo. Si se ahorra un cinco por ciento en una construcción, está poniendo en peligro la vida de su familia por ese cinco por ciento, que no significa casi nada en el costo total. Queremos llegar a la conciencia ciudadana. Una vez que esté hecho el plano, hay que construir como dice el plano. No debe ser solo un requisito para que no lo multen en el Municipio. La finalidad del plano debe ser tener una vivienda segura.
“Si se ahorra un cinco por ciento, se pone en riesgo la vida de su familia”.
¿Cuál es el trámite que debe hacer el dueño de una propiedad ante el Municipio y para que luego pase ante ustedes?
El padre de familia que va a construir su casa deberá buscar un profesional de la ingeniería o de la arquitectura para que elabore sus planos estructurales. Estos planos, elaborados conforme a las normas del país, se ingresan al Colegio de Arquitectos (los arquitectónicos) y al Colegio de Ingenieros Civiles (los estructurales).
En estos dos colegios se revisan. Una vez que cumplen los requisitos, se aprueban y se envían al Municipio para que otorgue el permiso de construcción. Nosotros no damos permisos de construcción, revisamos y aprobamos planos estructurales y arquitectónicos. El Municipio otorga el permiso, se pagan las tasas correspondientes y se habilita el trámite para que el ciudadano construya su casa.
“Nosotros revisamos y aprobamos planos estructurales, el Municipio otorga el permiso”.
¿Cuáles son los errores que más se encuentran cuando ustedes revisan planos estructurales?
Estamos constantemente realizando cursos, charlas… El 13 y 14 de mayo de 2025 vamos a hacer una charla, y así vendrán periódicamente. Hay muchas falencias. A veces por ligereza no se hacen ni los dibujos correctamente. Queremos establecer los requisitos que se deben cumplir para agilizar los trámites. Queremos que el mismo día que se ingrese el plano se revise, y si cumple, se apruebe. Lo estamos haciendo digitalmente. El profesional ingresa el plano a nuestra plataforma, lo revisamos, si hay errores se lo notificamos y él lo corrige por la misma vía. Una vez corregido, se imprime solo la versión final. Así se ahorra papel y tiempo.
¿Cuántos planos estructurales se han aprobado este año?
Aprobamos mensualmente unos ochenta planos estructurales. Eso significa que al año hay alrededor de mil construcciones con planos revisados por nosotros. Pero conocemos que hay más. Son construcciones nuevas, ampliaciones, y demás. Pero ese número se queda corto frente a la realidad de Santo Domingo. Es por eso que el Municipio se está apoyando en los gremios profesionales.
¿Hay un subregistro?
Sí. Creemos que hay cerca de cinco mil viviendas anuales en Santo Domingo. Entonces, el resto se hace, peor aún, sin planos, de forma empírica. Eso pone en riesgo las construcciones porque no cumplen ni los requisitos mínimos. Son hechas solo por maestros constructores.
“Hay construcciones sin fundamento técnico que son hechas solo por maestros constructores”.
¿Entonces hay mucho trabajo de verificación?
Sí. Hay un Departamento de Control en el Municipio. Pero nosotros queremos dar un segundo paso: apoyar en la revisión. No para sancionar, sino para concientizar. Si le dicen cinco varillas, no ponga cuatro. Si le dicen seis, no ponga cinco. Ponga las seis. Eso evita que su casa colapse ante un temblor o terremoto. Ecuador está en zona de alta actividad sísmica.
¿Cómo ha cambiado el tema de la construcción en Santo Domingo después del terremoto?
Una vez que hubo el terremoto en 2016, y también tomando en cuenta el terremoto en México, se produjo un cambio total en el concepto de las construcciones. Allí hubo fallas en vigas que no tenían un traslape necesario entre varillas. Las varillas vienen de doce metros, pero hay construcciones más largas y apenas si estaban pegadas. Ahora se traslapan. Todos esos conceptos han cambiado. Desde 2016 también se cambiaron dimensiones estructurales. Por ejemplo, antes manejábamos columnas de 25 por 25 centímetros. Ahora el mínimo es de 30 por 30.
“Son hechas solo por maestros constructores”.
¿Esta es una de las características de las construcciones antisísmicas?
No hay construcciones antisísmicas. Lo correcto es decir sismorresistentes. Es decir, estructuras que resisten un sismo. No significa que no tendrán ni rasguños ni fisuras. Pero deben soportar el evento sísmico.
¿Qué otras características han cambiado?
Aquí en Santo Domingo, y más aún en la Costa, el suelo es blando. Cuando hay movimiento telúrico, tiende más a deformarse y dañar la estructura. Por eso se deben incluir vigas de cimentación. Estas permiten que la estructura resista más. Se hacen cálculos para que una casa no colapse. Puede tener fisuras o daños menores, pero no debe colapsar. Ese es el objetivo de los diseños estructurales que realizan los ingenieros civiles.
¿Cuál es el concepto de vivienda que hay ahora en Santo Domingo?
Desde 2005 hubo esa tendencia por la necesidad de vivienda. La provincia necesita más de treinta y cinco mil soluciones habitacionales, y no baja. Porque sigue viniendo gente, el crecimiento es alto, cerca del 3 por mil anual. Eso hace que siempre haya déficit. En los últimos cuatro años, desde la pandemia, bajó la inversión estatal en vivienda. También bajó la capacidad de los constructores para acceder a crédito. Eso redujo la construcción.
¿Qué hacer para cambiar esto?
Pasamos de que la construcción representara el 10 % del PIB del Ecuador, al 6 %. Y no se ha recuperado. Hay optimismo con el nuevo Gobierno, con la expectativa de que se destine el 5 % del presupuesto a crédito de vivienda. El Biess también va a invertir más dinero para que los afiliados accedan a créditos hipotecarios. Estamos con esa expectativa como constructores, no solo de la provincia, sino del país.